A propósito de Miguel Littin y esta, su breve filmación histórica; y a propósito de Patricio Manns, a partir de cuya conmovedora canción surge el título y el argumento para la misma ("Por la tierra ajena"); pero también a propósito de los "derechos" aludidos por el mismo Littin haciendo referencia a la "Sociedad de la Igualdad" de 1850, en su discurso como presidente de la primera sesión del nuevo Consejo Constitucional, podemos concluir, una vez más, que la cuestión no son los derechos constitucionales ni sus garantías, sino cómo hacernos (la inmensa mayoría de los chilenos) del "objeto" de tales derechos en igualdad de oportunidades, es decir: todos tenemos derecho a una buena educación y a una buena salud (nadie lo impedirá), pero se vuelve una expresión retórica cuando no tienes con qué pagar un "Saint George's College" o una "Clínica Alemana"... Una buena relación de todo esto con la canción de Patricio Manns (música de la filmación) podemos apreciarla en esta parte de su letra: "El agua es para los otros, también de otros la esperanza"... (Sin embargo, curiosamente, "el derecho" sigue siendo de todos).
Un "bello
texto" constitucional podrá expresar tu derecho sobre cosas fundamentales
que, finalmente, en términos de su buena calidad, no sólo no podrás tener (a no
ser que pagues muy bien por ello) sino que, además, de no tenerlas, tampoco
podrás hacer valer derecho constitucional alguno sobre ellas, por más que se
halle "consagrado" ahí.
JFA