Para que una gran masa de gente de pronto se conmueva con el
arte que emane de ti, debes llevar en el cuerpo muchos años de “duras” y “blandas”, y una no despreciable
acumulación de destilados y fermentados que hayan hecho lo suyo para procurarte la
felicidad en el cadalso…
Después, o antes, haberte largado de casa y haberlo abandonado todo, todo, incluso a ti mismo, para vivir-muriendo y despertar-durmiendo, deambulando de manera interminable por las calles de Santiago o cualquier otra gran ciudad, sin proyecto ni
dirección alguna durante varios años; y con una esquizofrenia implacable, y neurológicamente
reventado -si es posible- como consecuencia del sobreconsumo de lo que hubo para no estar en
este mundo pero estando…
Y hallarte de pronto frente a alguien que con su cámara te esté filmando, así, todo sucio y enfermo mientras te dispones a ejecutar un instrumento musical de manera
virtuosa; es decir, todo esto, en completa incoherencia con lo no virtuoso de tu aspecto abandonado. Haciéndote, en razón de la sin razón de la razón, muy popular mediante aquellas
imágenes grabadas, al cabo de compartidas miles y miles de veces por la gente que sabe más que nada cumplir muy bien su rol de "viralizantes" en internet, porque en su
morbosidad espectadora, o en su simple curiosidad de gato aburrido (por emitir un juicio más amable e inocente), quieren imaginar que simplemente se trata de algo así
como un Príncipe que perdió la cordura sin perder su estirpe… y eso es una
historia muy atractiva… eso…es un espectáculo en sí mismo, y merece la pena hasta del hedor.
No puedo yo, saludable (esto en la medida de mi manoseada esperanza), recién bañado y afeitado (muchas veces a mi pesar), comiendo
mi manzana tan diaria como mi trote de 30 minutos, cargando sin renunciar mi
día a día con mi propio día (después de haberme bebido mi vitamina cotidiana de Brecht),
y vestido con ropa limpia (muchas veces también a mi pesar), etcétera, etcétera, tratar de invocar vuestra
atención, ni de filmación alguna siquiera, pues así ¿dónde está el espectáculo? ¿dónde la gracia?... ¡Ríndete!
JFA
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