Son
acaso nuestros muertos cuales musas,
que
se vienen por momentos
imposibles
de buscarlos cuando quiero,
y
es precisamente así que nunca puedo
revelarles
del misterio
sino
como cuando surgen
así
versos, por caminos imprecisos
-“lo
que duerme se despierta”-
y
esto pasa con mis muertos
que
se arropan por mi sueño
(porque
el mismo les recuerda
lo
que fuera ayer el frío...)
Y entre cosas que acontecen
provocando
mis dolores,
parecieran
imposibles de ser ángeles cuidando,
y
yo sígoles hablando
y
esperando que me digan cómo salgo...
Mas,
inútil pretenderlo sin adagio,
sin
reguero misterioso
que
ocultándome su origen
se
ha mostrado por las fauces
donde
acaba siendo canto.
Javier Farías Águila
Mi abuela, mis tíos, mi familia Farías Palma, Farías Guzmán y amigos. Entre 1940 y 1950, probablemente El Quisco. |
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