A propósito de lo anterior o a propósito de lo que viene o a propósito de nada importante, motiva mi presente nota el libro que escribió uno de los integrantes del grupo de rock chileno más conocido: Claudio Narea, del grupo Los Prisioneros. Hace unos años me entretuve mucho, debo decirlo, leyendo su primera edición. Hoy, la segunda versión del mismo libro consta de otro título (probablemente, debido a estrategias de marketing de la editorial), y consta de algunos contenidos nuevos, según promete su publicidad... El asunto, o lo más trascendente para mi, es que aquella lectura de la primera publicación me resultó entretenida, morbo mediante; con un relato maquillado hasta con suspenso en la bien estructurada secuencia de los hechos (me imagino que, para lograr tales resultados, Claudio Narea se valió de alguna colaboración profesional en materia de narración), donde, de manera no distinta a la versión actual, tan publicitada por los conflictos alimentados con declaraciones a la prensa que vienen y van por parte de los involucrados, "el malvado" e "inescrupuloso manipulador" de siempre, es el compositor y vocalista de Los Prisioneros, Jorge Gonzalez...
Pues bien, como producto carente de "inspiración literaria" (no por ello menos válido en el ámbito que se presenta), evidentemente que este libro, para mi, no merece ser destacado bajo el subtítulo de "impresiones literarias", como las que suelo hacer o exponer a través de este blog, respecto de buena parte de mis lecturas apasionadas. Este libro se corresponde con otro tipo de comentarios o manifestación de impresiones (cualquiera sea, menos literaria en estricto rigor), uno de los cuales descubrí y extraje del diario La Tercera en internet, y que me permito reproducir a continuación, por su pertinencia, precisión y humorismo, a partir de su lenguaje, tan común y actual de cultura pop, urbana y colectiva, socialmente muy aceptado:
Mauricio Tobar dijo:
J.F.A.