Un cantautor chileno, de antigua trayectoria, publica
en su perfil de Facebook lo siguiente (y lo reproduzco porque de alguna manera da cuenta de una
tendencia a través de las redes sociales: lo fácil que resulta llegar a ciertas conclusiones y darlas más aún por tan certeras). Dice:
"Comparto este certero comentario de J.P.G.: La locura generada por la
venta de entradas para los conciertos de Silvio en Chile, desincentivó por
completo mi deseo de ir a verlo. Ojalá los chilenos tuvieran el mismo interés
en asistir a los conciertos de los artistas nacionales".
¡Por favor!, si Silvio Rodríguez, con toda su profunda y
brillante obra no convocara, estarían los mismos diciendo por qué no asisten a sus
conciertos. No tiene nada que ver si chilenos o no los artistas para disfrutarlos... Si hay
locura o no por las entradas para decidir si voy o no al concierto en cuestión, es un razonamiento poco afortunado, absurdo y rebuscado. Porque ¿qué tiene
que ver una cosa con la otra? Por demás, tratándose de Silvio, con su obra de indiscutible belleza -que por justicia y fortuna es reconocida en vida- este no puede ser el caso para tales conjeturas... El problema con la baja asistencia a nuestros
conciertos (me incluyo) pasa por otros aspectos a discutir y también por el caso a caso.
Apelar a ser chileno para convocar es tan absurdo como el desprecio por serlo.
JFA
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