lunes, 18 de noviembre de 2013

Una estrategia política efectiva...


En la circunstancia política y electoral de nuestro país, para votar, no sólo ha sido importante observar el programa de gobierno, sino que también la forma inteligente y responsable en que sea posible sacarlo adelante, cimentarlo, defenderlo... Y jamás volver a subestimar de que por justo y necesario que sea nuestro proyecto de profunda convicción social, late vigoroso "el poder" que de un zarpazo lo aniquila...

Ha sido necesario intentar algo así como una refundación desde el interior del acuerdo o pacto que aglutina las mayores fuerzas de apoyo popular, a fin de transformar el sistema político. Las opciones ajenas al pacto, aunque legítimas, terminaron, una vez más, en un desgaste inútil o simplemente simbólico. De allí que la decisión del Partido Comunista de sumarse a la campaña de Michelle Bachelet, me parece  -sin ser yo un militante comunista ni de otro partido-  la estrategia más acertada que pudo adoptar para contribuir, empujar y activar de mejor forma al vuelco definitivo de los emplazamientos institucionales germinados en la dictadura.

El desinterés, la desconfianza y la ignorancia política de la misma gran masa de gente en favor de la cual surgen las reivindicaciones sociales, son factores a tener en cuenta para concluir un plan de acción que no se convierta en estéril...

En otro aspecto, me parece que las expresiones anarquistas, muy abrazadas por algunas visiones peligrosamente concluyentes, me provocan más dudas por sus procedimientos que por sus causas, y sobre todo en la probable omisión del conocimiento panorámico del contexto actual... Procedimientos que, ciertamente, por sesgo o por naturaleza interna y externa, no estarán en condiciones de seducir, más allá de la habitación estrecha en que se fragüen sus aportes y principios...
No obstante, sabemos la incidencia del anarquismo, como concepto, en más de algún evento histórico revolucionario... Pero, en nuestra pugna contra los "enclaves", me parece que poco y nada nos aporta cuando redirige enérgicamente su diatriba, en el ciberespacio por ejemplo, contra toda consideración distinta...

El acuerdo  -aún observando con frustración la mentira de los operadores políticos de siempre en la continuidad que los provee-  sigue siendo absolutamente necesario, tanto como las movilizaciones, tanto como el acto mismo de votar... No hay contradicción allí, no hay tal venta del patrimonio moral, como tan fácilmente lo han calificado algunos... No hay complacencias ni homenajes para la Concertación viciada... Hay una lección asumida, hay un fenómeno político, hay un análisis... Hay nuevos elementos para propiciar desde adentro una nueva institucionalidad. Hay una comprensión útil e integral de la coyuntura.
Hay una estrategia como consecuencia de todo lo anterior, y la encarnan los nuevos parlamentarios que han llegado al congreso, surgidos de la dirigencia estudiantil que tuvo el mérito, el reconocimiento y la credibilidad de haber extendido "el documento" sobre el cual, ineludiblemente, Bachelet ha tenido que firmar frente a todo Chile su nuevo compromiso electoral.



Javier Farías Aguila

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