viernes, 19 de agosto de 2016

Jaculatoria (Versos de Armando Uribe Arce)

De su libro "Las críticas de Chile", estos versos de Armando Uribe Arce, quién me ha autorizado a señalarlos -en la forma de canción que les he dado- simplemente, bajo el título Jaculatoria.


Jaculatoria.

Cuando recurro a la jaculatoria       
se me seca la boca.
Si me persigno la mano se seca.
Estoy enfermo de una estrecha
angustia incoherente
y ya no estoy presente
dentro de mi ni afuera.
Entonces no hay esperanza ni espera.
Sólo la desesperación que nos acecha.







viernes, 12 de agosto de 2016

Seleccionado por el jurado de "Música a un metro"...

¡Muy buenas noticias, amables lectores de este blog!

Para los músicos de cualquier parte del mundo, es una excelente oportunidad contar con un lugar donde hay un flujo masivo de gente, la que puede llegar a escucharnos en su tránsito diario hacia sus casas, sus trabajos, etc...

Estaré compartiendo mis canciones durante un año al interior de las estaciones más importantes del Metro de Santiago.

He sido uno de los músicos seleccionados por la iniciativa cultural denominada "Música a un metro". Ya les aportaré más información en cuanto a lo que viene. Por lo pronto, les puedo contar que los artistas seleccionados seremos presentados ante los medios de comunicación: radio, prensa y televisión el próximo 17 de agosto de 2016.

Gracias.

Javier Farías Aguila






martes, 2 de agosto de 2016

James Taylor

Yo no sé ni supe, ni cuando era niño, de "estrellas de la canción" ni nada de eso; solo a partir de mis vericuetos emocionales surge esta conexión con James Taylor. Y como suele suceder con los artistas cuyas obras satisfacen mis sentidos, llegan a mi desde fuentes ajenas a cualquier imposición radial o menciones masivas, es decir que, más aún los descubro cuando ya no responden a moda alguna, y que por arte verdadero, han trascendido más allá del tiempo programado para sus promociones millonarias por parte de las discográficas que les representan, y cuando ya ni siquiera invierten en el artista en cuestión. De hecho, la popularidad mayor de Taylor, corresponde a una época en que siendo yo muy niño, ignoraba completamente su existencia.

Por cierto, uno no se vale de simples medios propios y nada más para hallarlos, pues éstos artistas "posicionados", valiosos o no, ya están validados por el conocimiento público, y al cabo de un período de soporte radial o periodístico importante en alguna parte o por casi todo el mundo. A propósito de lo anterior -y que puede que me toque muy en lo propio por mi condición de cantautor- ¿cuántos artistas de aporte valioso no llegamos nunca a descubrir? ¿cuántos Beatles se perdieron en el anonimato o en el cansancio de sus propósitos gastados? ¿cuántos Lennon?, en fin: materia para otro artículo...

James Taylor me inspira (y me inspira confianza en la sinceridad de su canto): el verdadero arte convoca la paz del alma...

Hay algo muy particular que quiero compartir, a propósito de James Taylor. No tiene mayor relevancia lo que contaré, pero, en el ámbito muy personal  -y como suele ocurrir con lo que sienta cada cual en relación a la música que abrace-  por corresponder mi descubrimiento de sus canciones, de su voz, a un tiempo en que visitaba Quintay (localidad cercana a Valparaíso), los paisajes de aquel lugar junto con el sonido de sus vientos, de sus olas o de sus fuertes lluvias invernales, ahora me resultan gratamente inseparables de las canciones y la voz de este cantautor estadounidense.

Javier Farías Aguila


Quintay
(Tomada por JFA, julio 2013)







Te invito a disfrutar ésta de James Taylor y Milton Nascimento:











Tal es la fuerza de la verdad... (El nombre de la rosa)

Extraigo, del libro de Umberto Eco:

Así era mi maestro. No solo sabía leer en el gran libro de la naturaleza, sino tambien en el modo en que los monjes leían los libros de la escritura, y pensaban a través de ellos. Dotes éstas que, como veremos, habrían de serle bastante útiles en los días que siguieron. Además, su explicación me pareció al final tan obvia que la humillación por no haberla descubierto yo mismo quedó borrada por el orgullo de compartirla ahora con él, hasta el punto de que casi me felicité por mi agudeza. Tal es la fuerza de la verdad, que, como la bondad, se difunde por sí misma. 

(pág. 29 / El nombre de la rosa)

JFA