jueves, 18 de diciembre de 2014

Javier Farías. Conciertos al aire libre, en Ñuñoa. Santiago de Chile.

Enero, 2015, tres presentaciones en los barrios de Ñuñoa, donde podré entregarles mis canciones y otras, a través de este programa de conciertos al aire libre denominado "Plazas y Parques", organizado y auspiciado por la Corporación Cultural de Ñuñoa.

Quedas invitado...


Javier Farías Aguila









viernes, 12 de diciembre de 2014

Nuestra visita a Lavras Novas, Brasil...

Lavras Novas es un pueblo en el Estado de Minas Gerais, cercano a Ouro Preto...

Nuestro amigo Lulú, a poco de concluida una de aquellas lluvias tropicales de las que ya supe, nos invitó a conocer este lugar en su citroen.
  
Las precipitaciones abundantes dejaron como parte del paisaje varias ramificaciones o hilos de agua, eran angostísimos ríos ocasionales que descendían por las rocosas colinas anaranjadas, aún varias horas después de concluida la lluvia...  Y para nuestro deleite musical, íbamos escuchando en el auto, entre otros, al cantautor y guitarrista brasileño Joao Bosco (incluido más abajo en esta publicación), ¡inmejorable condición!... Lo demás, te lo cuento a través las siguientes imágenes que capté:


Javier Farías Aguila


Último día de octubre de 2014.

"The Beatles"...Lulú, Pepe y Javier (fotografía tomada por Simone).

Camino hacia Lavras Novas.


Museo al aire libre de "meteoritos"
en el camino a Lavras Novas.



Lavras Novas...


Joroba y pelaje corto...


Por la calle principal, no sólo ven pasar los autos
sino también el día...



Imagen captada por Simone Ferreira.

Simone y Lulú.

Calle principal de Lavras Novas
Adoquines indomables, con sus ángulos salvajes...

La herencia cultural africana en la sangre, 
y también en la cabeza...

Ellas, por ningún motivo posaban para mi fotografía, 
ni yo quise perturbarles su descanso, pero, 
una vez que advirtieron mi propósito discreto
de retratarlas, desaparecieron raudas 
por aquella puerta... Fue un instante, 
como de quien captura la bella imagen 
de un picaflor en vuelo.







Los colores aquí provienen del cielo... 
no cabe duda.

Javier Farías. 
Estas particulares decoraciones y sus colores 
caracterizan las entradas de varias viviendas
en Lavras



Pepe Salazar.


La calle principal de Lavras Novas acaba en esto: 
Una vista panorámica más del vasto 
territorio brasileño aún a salvo de las grandes 
ciudades del futuro, las que seguramente 
habrán de ser fundadas aquí también
para albergar una población cada vez 
más numerosa...




La rugosa roca desgastada por el viento y la lluvia
en el sentido imprevisible de sus pliegues...

Un capricho natural, que ha tomado la forma 
sin forma a partir de la incandescencia... 
hace millones no?


Los accesos creativos... 
Sin más patrones que la imaginación
de un niño.

Y el "temor a Dios" no puede estar ausente 
en la historia de estos pueblos... 
Las iglesias, en la experiencia 
común latinoamericana
suelen ser los edificios más antiguos.
Un resabio perdurable de la dominación
colonialista.

Una nube incendiándose... a poco de culminar 
la claridad. Y un camino hacia el infinito, pero 
sobre la tierra... 

Herramientas del obrero, crucificadas...

Franjas de agua... Los breves riachuelos
ramificados que improvisan su curso descendiendo
por los cerros al cabo de la lluvia...


El agua descendiendo hasta el camino...


Joao Bosco:

viernes, 5 de diciembre de 2014

Gigantes abatidos.

La muerte es parte de la vida y no al revés                  -concluyes. Sin embargo, ésta, persiste para que otros vivan.


JFA


Gigantes abatidos, Sao Paulo SP, Brasil (Foto: J.F.A.):









La identidad de no tener identidad.

La identidad de no tener identidad podría ser no más que nuestra edad: somos menores de edad en términos de desarrollo cultural... Aún somos un fruto verde, y acaso también por diversas causas genéticas o geográficas. Me refiero a mi país. 
Desde un principio los parámetros europeos, incólumes, llegaban para no derivar jamás en lo propio, y peor aún, para negar de nuestro rasgo que la madre fue mapuche tantas veces…

El siglo veinte nace con la vista dirigida hacia París. Los poetas, los presidentes, los muchos propios devorados por la corriente, anhelaban haber nacido allí, y querían hablar y escribir en aquella lengua para presumir que no era, por ningún motivo, un país de "indios" este Chile avergonzado del que provenían.

Neruda, ha reflexionado al respecto, diciendo que su Nobel y el de Gabriela, de alguna manera contribuyen a forjar nuestra identidad, como reconocimiento a una expresión que no reniega de su polvo, de su greda, elevando los orígenes y su naturaleza latinoamericana también:

Habla tú, hermano, de tu hermano...


Javier Farìas Aguila



Valdivia, tan alemana, tan holandesa, y sin embargo tan mapuche en el silencio y en la pala...
(fotografia: J.F.A.)

lunes, 1 de diciembre de 2014

Las "27 horas de amor" de un programa de la televisión.

La televisión abierta, que algunos juzgamos tan mal hecha, la verdad es que tendríamos que decir que está "muy bien hecha", pero de acuerdo a sus impúdicos propósitos inmediatos... 
El supremo regente de sus recursos intelectuales, de sus tácticas, lo sabemos pero se nos olvida, es un criterio absolutamente comercial, no obstante la responsabilidad social, ignorada, que le compete por su naturaleza en cuanto a medio de comunicación tan invasivo. 

En torno de nada más que la generación inescrupulosa de dividendos económicos terminan girando sus propósitos de "entretener", y cada vez "mejor", a un público cada vez más necio, como consecuencia de hallarse bajo el efecto de la divulgación persistente de una simpleza generadora de rating, éste que sabemos tan fácil de alcanzar por demás, con el ingenio menoscabado... La televisión establece patrones de conducta, lo arrastra casi todo por la fuerza bruta y descomunal de sus alcances, bajo este principio y final mercantilista. 


De allí que no cabe la reflexión profunda en la programación de ningún canal de la televisión abierta en Chile, salvo los espacios ridículos (de pequeños y breves, en comparación con la preponderancia), o casi siempre a partir de horarios absurdos, es decir, sin mayor público... Contadas son las excepciones en definitiva.

La programación de la televisión abierta casi siempre utiliza, además, el bálsamo de la "fiesta eterna" (aquello de que todo el mundo está feliz), muy lejos, por cierto, de cualquier cavilación, y tantas veces, como ha sido el caso para promocionar la Teletón de este año, con la banda sonora o el concepto del bombo interminable de la música electrónica o reggaetonera del momento, asociada y aplicada como elemento único de frescura y de convocatoria. En esto último mi decepción, más que por el estilo musical que fuere... 

El concepto tonificado de lo vital, es otra de las doctrinas deformantes emanadas de la televisión, que estima lo superficial como sinónimo de optimismo además. Las guitarras de madera, por ejemplo, y que nos atañe, como único acompañamiento natural de un canto emocionado, o de la poesía, a menos que ésta sea humorística, le huelen a "vejez" (la vejez como sabiduría para nosotros), a "deterioro físico", y al "temible acto de pensar" que los medios masivos por ningún motivo quieren difundir... Lo intelectual, lo espiritual, la discusión del alma, la reflexión a fondo, el desarrollo, o sea, todo lo que estimule el pensamiento crítico y que pudieran alterar la buena salud de la norma institucionalizada, como expresión de su fuero,  la televisión lo relega, lo desplaza, o lo rechaza de plano...


De allí que no logro comprender, o más bien me resulta tan incoherente, por decir lo menos, este intento persistente de profundizar, crear conciencia y emociones tan inmediatas como efímeras o expres, a partir de un drama humano televisado, con los recursos más triviales, chabacanos, superfluos (¡el grito, el grito!, ¡ce ache iiii!, y esas arengas tan tontas y comunes como "de qué estamos hechos los chilenos"..., "viva Chile mierda"..., entre otras frases tan mecanizadas y tan de ocasión como tan vacías, etcétera, etcétera... y en fin), usadas patéticamente, sin creatividad y sin variaciones, por "los animadores", en este programa de televisión llamado Teletón...

Y estos son los elementos propios, en la triste circunstancia actual, de este medio de comunicación, que en otras condiciones pudiera sernos tan útil para estimular la cultura y la educación y la solidaridad de todo un pueblo, y de manera más duradera y verdadera que en tan sólo "27 horas de amor"...


Javier Farías Aguila


"Don Francisco" encarna la televisión sin responsabilidad
social. Y su única preocupación respecto del medio
tiene que ver con sus ingresos personales. 




miércoles, 26 de noviembre de 2014

Libro de Claudio Narea, guitarrista de Los Prisioneros.

Deteniéndome un poco en esto de lo básico que resulta hablar de cierto tipo de artistas y música pop, por lo poco y nada que haya de interesante, investigable y profundizable más allá del fenómeno comercial que lo abarca casi todo, ocupándose incluso de elaborar hasta una historia falsa, ideal y estratégica respecto de la oscura o luminosa "humanidad" difundible de vuestros ídolos, me viene a la memoria un personaje radial y televisivo llamado Alfredo Lewin, un comunicador chileno, propio de estos medios y de esta cultura pop, quien se luce con buena retórica en referencia a los pormenores de la vida de tal o cual estrella de rock, desplegando una cantidad increíble de detalles y fechas y anécdotas y nombres, al punto que, a ratos, uno se confunde al escucharlo y casi como que le adjudicamos en ese desenvolvimiento tan lleno de información, una calificación de "apasionado"... Pero cada cosa en su lugar no? ¿"Pasión" por aquella información que nos permite enterarnos del vómito desgarrante de una madrugada cualquiera de "nuestra estrella de rock" luego de un suculento cocktel de aquellos bajo el cual ha creado su magnun opus?... Verdaderamente, no puede ser "pasión" la palabra correcta. Pero, en fin...

A propósito de lo anterior o a propósito de lo que viene o a propósito de nada importante, motiva mi presente nota el libro que escribió uno de los integrantes del grupo de rock chileno más conocido: Claudio Narea, del grupo Los Prisioneros. Hace unos años me entretuve mucho, debo decirlo, leyendo su primera edición. Hoy, la segunda versión del mismo libro consta de otro título (probablemente, debido a estrategias de marketing de la editorial), y consta de algunos contenidos nuevos, según promete su publicidad... El asunto, o lo más trascendente para mi, es que aquella lectura de la primera publicación me resultó entretenida, morbo mediante; con un relato maquillado hasta con suspenso en la bien estructurada secuencia de los hechos (me imagino que, para lograr tales resultados, Claudio Narea se valió de alguna colaboración profesional en materia de narración), donde, de manera no distinta a la versión actual, tan publicitada por los conflictos alimentados con declaraciones a la prensa que vienen y van por parte de los involucrados, "el malvado" e "inescrupuloso manipulador" de siempre, es el compositor y vocalista de Los Prisioneros, Jorge Gonzalez...



Pues bien, como producto carente de "inspiración literaria" (no por ello menos válido en el ámbito que se presenta), evidentemente que este libro, para mi, no merece ser destacado bajo el subtítulo de "impresiones literarias", como las que suelo hacer o exponer a través de este blog, respecto de buena parte de mis lecturas apasionadas. Este libro se corresponde con otro tipo de comentarios o manifestación de impresiones (cualquiera sea, menos literaria en estricto rigor), uno de los cuales descubrí y extraje del diario La Tercera en internet, y que me permito reproducir a continuación, por su pertinencia, precisión y humorismo, a partir de su lenguaje, tan común y actual de cultura pop, urbana y colectiva, socialmente muy aceptado:


Mauricio Tobar dijo:

Sorry por no caxar mucho pero entonces recapitulando, un fleto te quitó la mina y andaba detrás d tu hermana ?? si es así bien penca narea y jorge todas las micros viejo !!

J.F.A.










lunes, 24 de noviembre de 2014

La Universidad de Chile, finalmente, es un mercado...

El diseño arquitectónico de la casa central de nuestra Universidad de Chile alcanza apenas para Mercado en Porto Alegre (Brasil), pero, si de mercado se trata, la similitud es más que elocuente, pues los quesos, el tocino, la banana y el pescado, se venden tan naturalmente como la formación académica en Chile. 


J.F.A.


Todas las fotografías tomadas por Javier Farías Aguila excepto aquellas de la U. de Chile:

Mercado de la ciudad de Porto Alegre. Brasil.



























Interior del Mercado de Porto Alegre.













Interior del Mercado de Porto Alegre.













Interior del Mercado de Porto Alegre.













Interior del Mercado de Porto Alegre.













Interior del Mercado de Porto Alegre.













Interior del Mercado de Porto Alegre.













Mercado de la ciudad de Porto Alegre. Brasil.













Casa central de la Universidad de Chile en la ciudad de Santiago. 












Interior de la casa central de la Universidad de Chile.