lunes, 26 de mayo de 2014

Frontera. Luis Durand. (Impresiones literarias).

Según Armando Uribe Arce, en sus Memorias para Cecilia, la novela Frontera, del escritor chileno Luis Durand (1895-1954), es un libro "notable". A partir de su impresión consideré por lo tanto mi deber leerlo, y para ello me valí, poco tiempo después de conocer su estimación, de una situación fortuita en que dicho libro llegara a mis manos como un regalo insospechado por parte de una amiga, quien, en un trabajo de clasificación de material donado para la biblioteca de ciegos en la que trabaja, se encontrara con una buena cantidad de libros que no servían allí por no hallarse bajo el sistema braille, entre los cuales hubo de ofrecerme éste. Recordé el título y el nombre de su autor, y recibí este libro como el más oportuno de los regalos. Y por cierto que -no por "seguirle el amén" a nuestro poeta- pude corroborar y concordar con su impresión inmediatamente al cabo de leerlo.


Frontera exhibe también una preocupación social, narrando algunos episodios del abuso sobre el pueblo mapuche, como por ejemplo aquellos actos "legales" con notario público y todo, prestos a certificar el traspaso de grandes extensiones de tierras a cambio de aguardiente...

J.F.A.

De aquel libro, Frontera, destaco y apunto entonces lo siguiente:



*Extracto, pág. 40:


Desde el río subió entre un retazo de monte el rumor del viento cuyo aletazo mojado bramó como una bestia temerosa.



*Destaco la siguiente descripción de la pág. 53, por su elocuencia, su prestancia lírica, cuales son, por demás, las características predominantes del relato en su totalidad: 

Peras de piel verde-claro, que adentro contenían una copa perfumada, y fresca de azúcar vegetal; duraznos de todas clases: blancos, amarillos, pelados con la piel lustrosa y coloradita como las mejillas de una muchacha de la montaña; priscos que al abrirse mostraban una melcocha olorosa; ciruelas que reventaban entre los labios en un chorro de almíbar. Y de los alrrededores, sandías verde-oscuras que al abrirse tenían una llamarada adentro; melones de seda de Denco; naranjas en las cuales se escondía el sol refujiado entre el verde follaje, como asustado de su propio color.




*Destaco el siguiente extracto, pág. 89:

Las lomas se sucedían una detrás de otra y entre ellas verdegueaba, rizado como un oleaje de esmeralda líquida, el trigo.



*Destaco, de la pag. 85, el comienzo del capítulo V (extracto que finalmente no pude reproducir aquí por no contar con el tiempo necesario).


(Selección: Javier Farías Aguila)



Luis Durand






jueves, 22 de mayo de 2014

Dalí...

A pesar del rechazo que nos provoca Salvador Dalí en su condescendencia histórica con el dictador Franco     -en una especie de licencia especial que se permitiera a sí mismo, o que justificara entre sus códigos surrealistas sin límites, rupturistas hasta en lo valórico, lo moral, lo ético, etcétera- el "inescrupuloso genio" aún nos tiene y nos tendrá hablando de él en virtud de su maestría. Aunque en términos escasamente devocionales más allá de su obra... Dalí, mezcla de contradicciones extremas (impredeciblemente negativas en la inútil y persistente esperanza o expectativa de buena parte de su público que no puede ni pudo concebir la incoherencia con tanta belleza emanada de allí mismo), de oportunismo narcisista, de adoración a la frivolidad, mezcla de una sensibilidad oscura, de un amor profano con la publicidad a destajo y de una postura ridiculizante de lo sentimental... Sin embargo -a no ser desde la perspectiva de la tragedia española plasmada con tanta sangre en la historia- no era el monstruo mismo, sino su exaltador asentimentalizado...




Los méritos, la belleza de su pintura sobrepasan toda su deformación manifiesta en términos humanos, y casi en la tentación, para algunos, de querer en ella pasar por alto a su creador, debido a estos bulliciosos y desafortunados pasos a lo largo de su vida tras la tela. Pero, la pintura de Dalí, también es Dalí...










Tomo en cuenta algo interesante, que se destaca además por cierta habilidad literaria del pintor, y que es un extracto que reproduzco del apasionante y documentado libro Vida, pasión y muerte de Federico García Lorca, del autor Ian Gibson.  Libro del que se concluye precisamente, además, una de las contradicciones más impactantes de Dalí, en la circunstancia de su vínculo con el poeta granadino, asesinado entre las sentencias de muerte hasta por arrastre, ordenadas sin contemplaciones por el eterno dictador español, al que, como ya dijimos, Salvador Dalí  -no obstante aún, la desgracia acaecida a su entrañable amigo Federico- brindara su pleitesía pública hasta el final.


Javier Farías Aguila


De:
"San Sebastián", de Salvador Dalí. 
Dedicado a F. G. Lorca.



Ironía

Heráclito, en un fragmento recogido por Temistio, nos dice que a la naturaleza le gusta esconderse. Alberto Savinio cree que este esconderse ella misma es un fenómeno de autopudor. Se trata -nos cuenta- de una razón ética, ya que este pudor nace de la relación de la naturaleza con el hombre. Y descubre en eso la razón primera que engendra la ironía.

Enriquet, pescador de Cadaqués, me decía en su lenguaje esas mismas cosas aquel dái que, al mirar un cuadro mío que representaba el mar, observó: es igual. Pero mejor en el cuadro, porque en el las olas se pueden contar.
También en esa preferencia podría empezar la ironía, si Enriquet fuera capaz de pasar de la física a la metafísica.
Ironía -lo hemos dicho- es desnudez; es el gimnasta que se esconde tras el dolor de san Sebastián. Y es también este dolor, porque se puede contar.


Paciencia.


Hay una paciencia en el remar de Enriquet que es una sabia manera de inacción; pero existe también la paciencia que es una manera de pasión, la paciencia humilde en el madurar los cuadros de Vermeer de Delf, que es la misma paciencia que la del madurar los árboles frutales.

Hay otra manera aún: una manera entre la inacción y la pasión; entre el remar de Enriquet y el pintar de Van der Meer, que es una manera de elegancia. Me refiero a la paciencia en el exquisito agonizar de san Sebastián.

Agrega Ian Gibson, respecto de los textos anteriores:

Dalí quería expresar en "San Sebastián" su estética de la Santa Objetividad: el deber del arte contemporáneo de evitar toda sentimentalidad y de expresar el espíritu "aséptico" de la época. La búsqueda de la luz y de la claridad, búsqueda que caracteriza este momento de Dalí, y que Lorca ya había elogiado en su oda al pintor, es también tema frecuente en las cartas de Salvador al poeta.

(Selección: Javier Farías Aguila)


Lorca, Dalí.





















































domingo, 18 de mayo de 2014

El perro y el hombre.


No existe sacramento para esta unión donde se han de cuidar uno al otro.
Pero sí para aquella donde se han de cuidar uno del otro...

Javier Farìas Aguila


Imagen captada en Valparaiso  por J.F.A.

viernes, 16 de mayo de 2014

Biografía de Federico García Lorca, de Ian Gibson (Impresiones literarias)

Del libro:
Vida, Pasión y Muerte de Federico García Lorca 1898-1936
Autor: Ian Gibson



Es un relato conmovedor, de literatura pragmática (carente de protagonismo por parte de su autor), mediante el cual podemos descubrir y asombrarnos -seguramente de la mejor manera que fue posible, en virtud de la rigurosa recopilación de antecedentes confrontados- con lo que fue la vida apasionada del poeta. Más de 700 páginas resultan de esta investigación tan documentada, y cuya lectura se vuelve cada vez más cautivante.  

Para tan macizo trabajo, Ian Gibson, su autor, se valió del respaldo de la familia de Federico García Lorca y su Fundación, de modo que tuvo pleno acceso a los documentos, cartas y manuscritos necesarios.

En la descripción de aquellas circunstancias políticas y sociales que propiciaron la guerra civil española, en la caída del gobierno republicano, el Frente Popular, con ese golpe de Estado tan sangriento y criminal encabezado por Franco (que sabemos además, haber sido uno de los arquetipos de Pinochet), advertimos numerosas coincidencias trágicas con lo que fue nuestra propia experiencia en Chile, y, más aún, concluimos un parangón impresionante entre lo que fueron las inquietudes, la dedicación artística (teatral y musical), pero también el desenlace fatal, de Federico García Lorca y Víctor Jara, con apenas tres años de diferencia entre la edad del uno y del otro al momento de morir; ambos torturados, ambos sentenciados al desprecio más infame hasta acabar en muerte por golpes y disparos perpetrados por verdaderas bestias, ambos asesinados sin defensa alguna, por cierto que entre tantas víctimas inocentes más. En realidad, esta coincidencia trágica no es tan así de fortuita en tales circunstancias, por cuanto sabemos que han sido los procedimientos históricos contra toda manifestación artística comprometida con las causas justas, sociales, humanas, o cualquier resistencia, en el mundo asolado por la brutalidad del fascismo. 


Nuestros poetas Lorca y Neruda se conocieron en Buenos Aires en 1933, y prosiguió la amistad cuando Neruda posteriormente residió en su llamada Casa de las Flores, en Madrid... Muy en lo particular, la breve descripción de aquellos días en el contexto de la amistad de ambos, me resultó especialmente emocionante.

En otro de los aspectos biográficos recreados con abundante información, terminamos experimentando una gran decepción con la figura de Salvador Dalí (que aquí ocupa páginas importantes en el escenario de su amistad profunda con Federico García Lorca), por los gestos posteriormente conocidos del pintor (¿licencias surrealistas?) en total condescendencia con Franco, no obstante la desgracia acaecida sobre su más célebre amigo en manos del horror comandado por el dictador.

Por último, en nuestro país, a propósito de esta lectura, refrescamos algo inconcebible con las aspiraciones democráticas en atención a los derechos humanos, aquello de que nos encontremos aún, en pleno año dos mil y algo, con Primo de Rivera y Francisco Franco como nombres para dos calles en Santiago de Chile... ¿Casi como símbolos subliminales?, no tan inocentes de ser así, en esta suerte definitiva de homenaje para ambos; aunque pocos reparen en ello cuando el nombre de las calles pasan a ser solo eso, un nombre y nada más. Pero, pudiera ser también, acaso, el símbolo del horror queriendo pasar inadvertido (uno más de aquellos símbolos), que tan solo duerme, hasta que sea "invocado"... 


JFA

Destaco:

(...) Enfrente sube una pendiente de arcilla, embellecida de altos y tupidos pinos, que se pierde más arriba entre los peñascales de la Sierra de Alfacar. Este es el barranco de Víznar, de siniestra fama, donde reposan los restos de la mayoría de las víctimas del sistema de muerte montado en La Colonia. Por toda esta pendiente se abrieron hoyos, a veces utilizando los "pozos" de unas antiguas excavaciones mineras. Cuando Gerard Brenan, el hispanista inglés, visitó el lugar en 1949, se encontró con que estaba "salpicado de hoyos de poca profundidad y montículos, sobre cada uno de los cuales se había colocado una piedra pequeña". Brenan empezó a contarlos y descubrió que había varios cientos. Dos o tres años después las autoridades franquistas plantaron los pinos, hoy altísimo, para enmascarar las tumbas. Pero no lograron del todo su propósito. Todavía hoy se puede apreciar sin dificultad la fosa más grande, que se ha convertido en sitio de peregrinaje para cientos de personas cada año.

(...) Lorca fue una de las tempranas víctimas del holocausto granadino y, contrariamente a lo que se ha dicho a menudo, no lo mataron en el barranco de Víznar. El poeta y sus tres compañeros de infortunio fueron conducidos, antes del alba, un poco más allá por el camino Alfacar. 

(...) Resulta apropiado que la Fuente Grande, cantada hace siglos por los árabes, siga manando sus lágrimas cerca del lugar donde los fascistas mataron al más excelso de los poetas granadinos.

(...) Aquel mismo día (18 de agosto de 1936) se presentó en San Antón un miembro de la "Escuadra Negra" con una nota garrapateada por Federico. Decía más o menos: "Te ruego, papá, que a este señor le entregues 1.000 pesetas como donativo para las fuerzas armadas". Es probable que el individuo había obligado a Lorca a escribir aquella petición antes de que se le sacara del Gobierno Civil (lugar donde Lorca estaba detenido), o tal vez en Víznar. Don Federico, creyendo que si pagaba podría salvar a su hijo, entregó el dinero al extorsionador. Eran probablemente las últimas palabras escritas por Federico García Lorca. Su padre llevaría el papel en la cartera hasta el día de su muerte, acaecida nueve años después en Nueva York, lejos de la España fascista que había matado a su hijo y a su yerno.

(Selección: Javier Farías Águila)


























Ian Gibson menciona su obsesión por el poeta, como la condición primordial para concretar tan exhaustivo trabajo de investigación, plasmado en esta biografía, y con los costos significativos del caso en términos personales y de tiempo.

jueves, 15 de mayo de 2014

La verbodiarreicada...

La lleva decir bakán en vez de todo bien... Hermano en vez de su nombre (aunque nada hubiera de importarle de aquel)... O la verbodiarreicada Hüeón y todas sus posibilidades sintácticas... Estimado, en vez de nombrarlo directamente (así como para marcar distancia total)... Está de moda tu pulgar sobre el touch. De moda lo inmediato, una selfie, el video más visto por lo zafio, el niño delincuente más famoso en la teve... De moda una expectación de la desgracia ajena en hachede.

Lo bufo de tu canto en vez de su tristeza original.
Su crítica social, tan solo silvada en la personal... La pedantería.

yyyyyyyyyyyy...nada...


¡qué brígido! (no frígido), ¡qué cuático! (no cuántico), ¿te diste la paja de escribir todo esto? me dijeron... 
La media volá ¿Cachai o no? Uaja (y esto último lo más gutural que se pueda para cumplir con la regla)... 

Simplemente, la lleva el mar de la ignominia total. ¿A qué vas contra el torrente? ¿a presa de león siendo siervo sin manada?, como dijo el cantante: ¡A morir!...
asi que: 
¡Viva Chile mierda!, vamos que se puede... ¡fuerza!


J.F.A.
(Iba a firmar con el tradicional dibujo fálico de los baños públicos chilenos, pero, ya sería demasiado de lo mucho)
Nota: esta nomenclatura (tamaños mezclados de la fuente) fue una falla del blog, no me quedó más que adaptarme a como quedara.





miércoles, 14 de mayo de 2014

Un propósito interior...

El gran enemigo de los proyectos artísticos es la falta de pericia para concretarlos en medio de las exigencias de la vida común (ha sido la complicación de siempre)... Muchos de aquellos que se han tomado en serio este trabajo se ven mermados en sus esfuerzos, porque el precioso tiempo del ocio necesario es muy escaso. Ese que debemos invertir en tanto que leer y estudiar para pasar a comprender lo necesario, y de tal forma hacernos de las armas pertinentes...

Hay de todo en estas circunstancias del arte... Joan Turner, viuda de Victor Jara, en una conversación que tuve la dicha de sostener con ella en 1998, me habló de la destreza de su compañero en ese sentido: "Victor era muy hábil"...

Hay también quienes teniendo la habilidad o la suerte para contar con el tiempo "sin pasar hambre", carecen del talento pretendido. Así como quienes están llenos de ideas que claman por la dedicación del caso, pero, la vida no les perdona a los artistas, en una suerte de ironía, y literalmente de acuerdo a las dos interpretaciones del sustantivo, robarle horas al sueño... De allí la pericia... Así como también nos encontramos con la situación ideal de algunos poquitos privilegiados que pertenecen a familias pudientes (pensaba en un Huidobro). Y aquello lo aprovechan muy bien o lo derrochan sin destino. Hay, finalmente, los que luchan toda la vida...

Pero, por cierto que existe belleza también en el desafío de lo que a cada cual le toque. Donde lo feo sea la vanidad y no la cobardía. Hay belleza en la incertidumbre, en la oscuridad, en no entender nada de nada si a partir de entonces desplegamos el intento...

Mas, pobre del que llora su agonía, pobre aquel de la emboscada mayor que resulta de la sensibilidad extrema y taciturna de "un sueño" resbaloso como un pez ... Víctima de ser el personaje y no su representación  impermeabilizante, aquella con la cual vaya provisto de lo necesario para el éxito de la expedición, acaso tenga muy claro los riesgos de emprenderla, y renunciando a la distractiva adulación barata y prematura, con su altura seductora de ola fugaz... Hablo de la representación de nuestra verdad, no obstante, no la de representar un dolor sin la herida, sin el alma, sin la integridad.



Yo quiero hacer una canción intensa, de mover "los labios a risa y el corazón a pena"... Una canción de primer orden, acaso para un público masivo o no... Pero, solo es una expedición (aunque nada menos), y tal vez se valga del tiempo que signifique una vida entera... El tiempo nos apremia (pero pudimos haber muerto más jóvenes, pudimos no haber tenido carne ni para respirar -el sentido puede estar antes o después del verbo-)...
Habrás de morir feliz en un intento que realmente haya valido la pena, antes que nada, en su propósito interior.


Javier Farías Aguila





martes, 13 de mayo de 2014

Canto de mi mismo / Walt Whitman (Impresiones literarias)

Destaco:

Del prólogo de Mauro Armiño:

(...) Ya vimos las confesiones del poeta sobre su cultura preferida, los grandes clásicos épicos, la literatura más engolada y pomposa (el Antiguo y el Nuevo Testamento, Shakespeare, Ossián, Homero, Esquilo, Sófocles, los viejos Nibelungos alemanes, los poemas antiguos hindúes, Dante, La Ilíada, etc. Estos, según escritos del propio Whitman); pero junto a esto encontramos, amalgamados a veces en el mismo verso el lenguaje de la calle, el argot de los oficios, la palabra del carnicero o del esclavo, resultando de la mezcolanza una lengua vivísima que a veces rechina por esa juntura de vuelo lírico y término callejero.


Algunos dichos de Whitman:

(...) los libros tal como hoy se hacen han alcanzado el grado vigésimo de alejamiento de las verdades; nuestros escritores parecen haber olvidado que al margen de la literatura literaria hay muchas cosas que desear... Hay un punto de la filosofía goethiana que, sin apelación y para siempre, la vuelve incapaz de servir en América y en el próximo futuro; es la doctrina cardinal goethiana según la cual el artista o el poeta debe vivir en el arte, en la poesía, solo, lejos de los negocios, de la política, de los hechos, de la vida vulgar... a la búsqueda de su "alto ideal".

Explica el prologuista:

Esta exigencia de vida real, explícita en ese párrafo, del "aquí y ahora", va a alejarle de todo lo precedente y a convertirle en un islote en su siglo.

Prosigue Whitman:

-La rima que se oye cansa en seguida, la que no se oye es eternamente deliciosa.

- No he recurrido a ninguno de los ornamentos del repertorio, ni a las preciosas historias de amor o de guerra, ni a los excepcionales y altos personajes de la poesía del antiguo mundo; puedo decirlo: nada por amor a lo bello, ni leyenda, ni mito, ni ficción, ni eufemismo, ni rima... He dicho lo que tenía que decir tal como yo lo entendía.



Mis impresiones:

Me parece que en la poesía de Neruda hay un acercamiento con los elementos y el hombre común, que bien pudiera provenir de la experiencia con la obra de Whitman. (Ej: Canto 22):


XXII

Y tú, mar…… También me entrego a ti.
Sé quién eres muy bien.
Desde la playa veo tu mano invitadora que me llama.
Creo que no quieres retirarte sin acariciarme.
Bien. Haremos un viaje juntos.
Aguarda a que me desnude y llévame contigo hasta perder de vista la tierra.
Arrúllame y déjame dormir y soñar en los blandos cojines de tus olas,
úngeme con tu amorosa espuma,
Yo te pagaré con amor.

Mar dilatado de bruñidas lontananzas,
mar de largo resuello convulsivo,
mar que eres la sal de la vida
y la tumba abierta siempre para todos;
mar delicado y caprichoso,
aullido y catapulta en las tormentas,
yo también soy como tú: único y plural.
También yo tengo flujos y reflujos,
también yo llevo en mis entrañas el odio y la paz,
y glorifico a los amigos
y a los que duermen abrazados.

Yo soy quien atestigua la simpatía.
(¿Haré solo el inventario de mis cosas y me olvidaré de la casa que las contiene?)

Yo no soy sólo el poeta de la bondad.
Soy el poeta de la iniquidad también.
Y no me averguenzo.
¿Qué alboroto es ése?
¿Quién discute sobre el vicio y la virtud?
Me empujan el mal
y el deseo de reformar el mal:
pero yo no me muevo.
¿Soy yo un inquisidor?
Yo no soy más que un hombre que riega las raíces de todo lo que crece.



En el canto 23 se aprecia algo de la antipoesía de Nicanor Parra:


XXIII

¡Oh, desenvolvimiento interminable del verbo al través de los mundos!
Mía es la palabra Humanidad,
una palabra vieja y moderna, forjada con el acero de la fe.
Que se cumpla esta palabra ahora o en los siglos venideros,
nada me importa.
Yo vivo en el tiempo absoluto.
Sólo el tiempo es perfecto, redondo, y todo lo completa.
Sí. Sólo esta maravilla desconcertante y mística del tiempo todo lo completa.
Acepto la realidad y no la discuto.
La materia me circunda y me absorbe.
¡Hurra por la ciencia positiva!
¡Vivan las demostraciones exactas!
Traedme coronas de cedro y de laurel.
Honrad esas cabezas:
la del químico,
la del geómetra,
la del gramático,
la del que descifra los viejos jeroglíficos,
la de los marinos que guiaron las naves por mares desconocidos y llenos de peligros,
la del geólogo,
la del que maneja el escalpelo
y la del que gobierna el microscopio.

Para vosotros los aplausos,
las medallas
y las graves dignidades.
Vuestros hechos
y vuestras conquistas
no son de mi dominio,
pero son útiles,
y por ellos entro yo en este mundo de la canción que es mi dominio.
Mis poemas no hablan de las propiedades singulares de las cosas,
hablan de la vida no catalogada,
de la libertad y del misterio.
No se ocupan de los neutros ni de los castrados,
exaltan al hombre y a la mujer bien organizados,
baten los tambores de la rebelión
y se unen a los fugitivos,
a los mártires y a los que conspiran.



En la poesía de Whitman persiste la unión de muchas imágenes o personajes a partir de un verbo o un concepto. Una sucesión de cosas, a veces tan miserables o sencillas o confinadas a lo "inmoral", a las que Whitman les asigna una estrella luminosa, los invita a su mesa... (Ej: Cantos 31, 19, 26, etc.):


XXXI

Creo que una hoja de hierba es tan perfecta como la jornada sideral de las estrellas, y una hormiga,
un grano de arena
y los huevos del abadejo
son perfectos también.
El sapo es una obra maestra de dios
y las zarzamoras podrían adornar los salones de la gloria.
El tendón más pequeño de mis manos averguenza a toda la maquinaria moderna,
una vaca paciendo con la cabeza doblada supera en belleza a todas las estatuas,
y un ratón es milagro suficiente para convertir a seis trillones de infieles.

Descubro que he asimilado
granito,
carbón,
musgo,
frutos,
semillas,
raíces…..
y que todo mi cuerpo está impregnado
de cuadrúpedos
y de pájaros.
He dejado allá lejos, por razones esenciales, las formas inferiores
pero puedo hacerlas volver a mi cuando quiera.
Y es inútil la violencia o la timidez,
inútil que las rocas plutónicas me lancen su fuego cuando me acerco,
inútil que el mastodonte recule y se esconda bajo el polvo de sus huesos,
inútil que el mar se hunda y los grandes monstruos se agazapen en el fondo del agua,
inútil que el águila se albergue en el picacho que rejonea a las estrellas,
inútil que se arrastre la serpiente entre las lianas y los troncos,
inútil que el antílope huya por las veredas escondidas del bosque,
inútil que las alcas de pico afilado naveguen hacia el norte lejano del Labrador…

yo lo sigo rápidamente y subo hasta el nido en lo abrupto del acantilado.


XIX

La mesa está puesta para el hombre.
Aquí está la carne para el apetito natural.
Siéntate.
Que se sienten todos:
el malvado
y el justo.
No desdeño a ninguno.
Que nadie se quede a la puerta.
La manceba,
el parásito
y el ladrón
están invitados;
y el negro cimarrón
y el sifilítico también.
No habrá diferencias
ni privilegios para nadie.
Que se sienten todos.

Esto es el apretón de una tímida mano,
el perfume natural de una cabellera desbordante,
el contacto de mis labios con los tuyos,
el jadeo de mi ansiedad,
el reflejo de mi cara en las alturas y en las profundidades insondables……..
es el deseo premeditado de mezclarme con todos…… y escaparme después.
¿Creéis que tengo algún propósito oculto?
Tal vez lo tenga
porque las lluvias de abril lo tienen
y la mica pegada en el costado de la roca lo tiene también.

¿Soy yo un asombro?
¿Es un asombro la luz del día?
¿Es un asombro la primera estrella roja que tiembla entre las ramas?
¿Asombro yo más que ellas?
Voy a decirte algo en secreto.
Es la hora de las grandes confidencias,
de decir grandes cosas al oído.
No se las diría a cualquiera,
pero a ti sí te las digo. Escucha:


XXVI

Y ahora no quiero sino escuchar.
Ensanchar este canto todo lo que oiga….
¡Que todos los ruidos del mundo se viertan en él!

Oigo
el bullicio de los pájaros,
el sordo rumor de la espiga que se levanta,
el cuchicheo de las llamas,
el chasquido de los leños que cuecen mi comida,
oigo el sonido que más amo: la voz del hombre,
gritos que marchan juntos,
que se mezclan,
que se funden,
que se disgregan…..
oigo los ruidos de la ciudad y del campo,
los ruidos del día y de la noche….
Muchachos que conversan con aquéllos que los aman,
la risa abierta de los trabajadores a la hora de la comida, la nota agria de la amistad deshecha,
los quejidos del moribundo…..
Oigo la voz del juez que pronuncia, con las manos agarradas a la mesa y los labios pálidos, una sentencia
 de muerte,
los gritos de los estibadores que descargan los barcos atracados al muelle,
el estribillo de los que levantan el ancla,
el tañido de la campana de alarma,
los gritos de ¡Fuego!
el zumbido y el estrépito de las máquinas y de los carros de bomberos, con sus luces de colores, que van pi-
 diendo paso;
oigo el silbato del tren que arrastra su carga pesada de vagones;
oigo la marcha lenta que suena al frente de unos soldados que caminan de dos en dos,
(van a hacer guardia ante un cadáver;
hay crespones negros en el asta de las banderas)

Oigo el violonchelo (es el lamento de un corazón adolescente),
oigo el cornetín que penetra agudo en mis oídos y retumba enloquecido en mis entrañas.

Oigo el coro –asisto a una gran ópera--,
ahí está el tenor, fuerte y joven como la creación.
La órbita flexible de su boca vierte sobre mí cataratas de gozo.
Oigo a la soprano. (¿Qué vale mi canción comparada con la suya?)
La orquesta me lleva en giros más amplios que los del planeta Urano,
y saca de mí entusiasmos que yo desconocía;
me levanta y me hace navegar desnudo por mares indolentes cuyas ondas acarician mi cuerpo.
Un granizo amargo y enemigo me azota y pierdo el aliento.
Me siento hundido en un baño dulce de morfina y mi garganta se anuda como si fueses a morir….

Al fin vuelvo otra vez a este enigma de los enigmas que llamamos el Ser.



Javier Farías Águila












La Cosecha. Rabindranath Tagore. (Impresiones literarias)

Al paso de disfrutar profundamente los versos de La Cosecha, quise corroborar la influencia de Tagore sobre las primeras obras de nuestro Neruda. Teniendo en cuenta, además, que el poeta nacido en Calcuta, por lo menos durante los primeros 30 años del siglo XX, era un poeta fundamental para las nuevas expresiones líricas del momento. 

Impresiones:


-El escenario más recurrente es el de la "oscura noche".

- Desde la perspectiva mística, es reiterado el concepto de lo ascético.
- Expone una conciencia social con los humildes.
- La poética acerca del "crepúsculo" (tantas veces referida por Neruda).
- La muerte.


Javier Farías Aguila




lunes, 12 de mayo de 2014

El excomulgado.

Yo no soy lo que tú crees
-me ha dicho el abrumado por su huella-
porque no soy aquella etapa de mi vida...

Más bien seré de todas las etapas una suma,
y habrás de comprenderme y perdonarme
cuando me halle muy al fondo en una tumba.

Javier Farías Aguila








viernes, 9 de mayo de 2014

Ezra Pound. Antología. (Impresiones literarias).

Del libro:
Antología de Ezra Pound (1885-1972)

Destaco:

De:
Toques (fragmentos)

(LXXVIII)

No
hay
guerras
justas.


(LXXXV)

Que no todo provenga de un solo hombre


(LXXXVIII)

Los hombres sin honor caen en servidumbre.


(CXV)

Cuando nuestros amigos se odian entre sí
¿cómo puede haber paz en el mundo?

*Sobre este último, si bien yo lo destaco "de buenas a primeras", la verdad es que se nos desinfla un poco como revelación interesante en tanto vamos elucubrando sus alcances. O bien, en su discreción aparente, es posible también una mala traducción del original para esta Antología...no lo sé, pero, en cuanto al enunciado, se me ocurre además que es muy difícil desprenderse del sentimiento aludido, el odio... 
Sin embargo, sea cual fuere su aspiración o su trasfondo emocional, y sin más ni más de nuestra parte, el poeta aquí ha plasmado una evidencia, la situación objetiva y su condicionante... y una ilusión precaria. Porque el futuro, acaso, deberá la paz del mundo por fin alcanzada, al odio actual. Así como la paz del hombre en su fuero interno, probablemente, sea una consecuencia de su tirria... Y de allí la inconsistencia del "supuesto" mensaje de Pound en estas líneas...
J.F.A.

(Selección: Javier Farías Aguila)



jueves, 8 de mayo de 2014

Eucaliptus.

La poderosa lentitud de las raíces,
la generosa persistencia mutilada,
la serena vigilancia inadvertida...

         El harapo majestuoso de los eucaliptus.
El aroma boticario y quejumbroso de su altura.

Y la fascinación del arcoíris 
sobre su epitelio,
su tallo despojado,
su renuevo.



Javier Farías Aguila











































*Todas las imágenes fueron captadas en la "Laguna de la luz", Curauma, Valparaíso.

miércoles, 7 de mayo de 2014

Federico García Lorca: "Las reglas de la música"

Del libro:
Federico García Lorca
Vida, pasión y muerte.
Autor: Ian Gibson.

Destaco:

(...) Lorca publicó dos artículos más en en la prensa local, y anunció que estaba trabajando en un libro titulado Caminatas románticas por la Vieja España. Uno de los artículos, "Las reglas en la música", tiene especial interés. En él, con una vehemencia digna de don Marín, Lorca afirma que, si en arte las reglas son necesarias para principiantes, después sólo sirven para los mediocres. El verdadero artista trabaja movido por la intuición, no por las reglas y, en lo que a la música se refiere, lo que necesita un compositor, una vez adquiridos los rudimentos de su profesión, es una imaginación original y un corazón apasionado. Nada más. En cuanto a preferencias, Lorca, como buen romántico que es y que declara ser, insiste en que la única reacción aceptable en música es decir "me gusta, no me gusta" (nunca "esto es malo o bueno"), y recuerda a los lectores del diario que Beethoven, en su tiempo, tuvo que enfrentarse con los que se creían con derecho a imponer su particular concepto del buen gusto musical.

(Selección: Javier Farías Águila)




martes, 6 de mayo de 2014

Babosa.

Cuando me busco por debajo de las fronteras adquiridas,
cuando pienso en la lentitud del paso humano tras de sí,
me refugio donde no me salvo más que por un instante.

Aquello no será sino silencio
en la resistencia inútil
del más desesperado de los gritos.

Será desolación lo que también transformación.
Avance de lo que prescinde del individuo.
Y el origen de tus rezos será la formación de un nuevo río 
tutelado por la pluma de un volcán.

¡Pero todos, todos cabemos en la muerte!
(¿el principio de la solidaridad?)

No me queda más que un refugio entre tus piernas
bendita puta del puerto...

Yo quiero lo que pido
y lo pido sin haber llegado a ser
lo que supongo irrefutablemente
sido.

Javier Farías Aguila




viernes, 2 de mayo de 2014

"Bueno. ¿Qué más?", el poema de Armando Uribe Arce, la canción de nuestro disco QUÉ FUE TODO ESTO...



Bueno. ¿Qué más?, el poema:

Armando Uribe Arce asocia el estado creativo con el subconsciente, con un paradigma recóndito. La sequedad de emociones a la que se refiere en este poema que clama por ser, es una desconexión, temporal... Propone no malgastar palabras inútilmente. Propone un paso a través del sueño, la proyección de una puerta en el acto de dormir. Y propone estar o volver allí tanto como no queden dudas. Sólo desde allí la materia prístina, buscada o no, será la erupción genuina, salvaje, verdadera, natural, conmovedora, colosal...para volver a decir.



La adaptación:

No recuerdo bien si esta fue la primera o segunda de las musicalizaciones que hice de los versos de nuestro poeta. La ubiqué como apertura del disco por su introducción un tanto, digamos, "épica", me parece, ¿o es muy épico el adjetivo?... Casi todos los arreglos surgieron a propósito de comenzar a grabarla: los coros, la línea melódica de los punteos en guitarra, el teclado, el bajo, etc. 

La línea melódica de la hermosa intervención de la flauta traversa, ejecutada por el experimentado músico Juan Montecinos Gutierrez (del Grupo Mensaje), la concebí en el trabajo inicial de musicalizar. 

La introducción original era más sencilla, pero vino al caso todo lo que le fui añadiendo en definitiva, y que al cabo cumple la función de sugerir una "expectativa" para todo el resto de los contenidos del disco; al menos ha sido la intención.

Una vez concluida la composición musical sobre el poema completo, pensé ¿qué hacer con una canción que no parece justificarse con una sola estrofa como su extensión total?. Antes que nada intervine, casi de manera imperceptible, el orden de los dos primeros versos en función de la música, pero, por ningún motivo en desmedro de su sentido literario (en ello había que ser extremadamente cuidadoso). Después, desde el punto de vista musical, alteré, leve pero sustancialmente, las formas de repetirlo todo, incluyendo esa flauta traversa que resuelve de manera persuasiva el desarrollo, al centro de la canción, con un delicado quiebre... El teclado que emula las cuerdas (violines, violonchelos) que pensaba como necesario acompañamiento para dicha flauta, de pronto, fue mi gran problema, al final lo resolvió mi amigo Christian Quinteros Massardo con esa armonía que creó y que me recuerda de alguna manera a Brams, ¿qué mejor?... Yo no soy un músico docto por cierto, pero mi ámbito de canción popular se nutre de todo lo que he podido degustar, y con tanto placer.

Las imágenes para la construcción de este vídeo son todas propias. Lago Rapel (sector el Manzano); carretera a San Pedro, a Pichilemu, a Loica Alto; la Laguna de Aculeo con su dramática sequedad; Isla Negra (a un costado de la casa de Neruda); etc... También hace su aparición la perrita Sibi (hay que nombrarla), que fue una expresiva y cariñosa amiga ocasional, en Aculeo... 

Por ahí, casi al principio, posterior a la secuencia de los álamos agitándose, aparece un polluelo de pato silvestre perdido en las aguas del Rapel, y, no estando este registro originalmente relacionado con el contexto de la canción  -como casi ninguna de las tomas en realidad-  terminó siendo verdaderamente "lo que conmueve y emociona": era una cría de pato perdida llamando a su madre con un piar persistente, desesperado, y tal vez inútil... En fin, fue una anécdota, que en definitiva adquirió sentido, junto a todas las demás imágenes, en un complemento armónico con los versos y la música.

Termino compartiendo algo que me parece muy curioso en este vídeo: en la última estrofa cantada, en el desplazamiento a ras del césped, aparece de pronto una figura en primer plano, una figura que sugiere ser la de una mujer (así lo veo yo) que eleva su torso desde el suelo, como para reincorporarse, en el instante mismo de pasar por ahí la cámara, y que se aprecia borrosa de estar tan cerca del lente. No se trata de un fenómeno paranormal ni nada por el estilo, pero no por ello de menos mérito en cuanto a "magia", que en este caso se ha valido de una hoja caída para crear tal efecto, de naturaleza absolutamente fortuita, y pertinente...

Dejo entonces, junto al vídeo y una secuencia fotográfica relacionada con el mismo, la transcripción original de este poema convertido en canción, la primera que compone nuestro disco QUÉ FUE TODO ESTO... (Los versos musicalizados del poeta Armando Uribe Arce). 

Javier Farías Aguila.



Bueno. ¿Qué más?

Bueno. ¿Qué más? No sé decir      
lo que conmueve y emociona.
Pues no lo diga, es una zona
de silencio total. Dormir, dormir.
Ese es el verbo. ¿Se confunde?
Siga durmiendo hasta que llegue al fondo.

Armando Uribe Arce
del libro: De Muerte.




SIBI... Tiene sus años, es sabia.


La sequedad de la laguna de Aculeo.
Una zona de silencio total.

Otra toma de Aculeo.

SIBI, se quedó dormida sobre mi mano...
Ese es el verbo...

El polluelo de pato perdido.
Lo que conmueve y emociona.

Camino a Loica Alto, VI Región.
...hasta que llegue al fondo.

Lago Rapel, sector El Manzano.