viernes, 12 de enero de 2018

Video nuevo, y una significativa coincidencia

Esto, que terminó siendo una realización audiovisual, era una tarea que tenía pendiente desde hace bastante tiempo. Un tío, primo hermano de mi padre, me sorprendió hace algunos años con un registro que data de principios y mediados de la década de los cincuenta, donde aparecían mis abuelos paternos (Roberto Farías Boza y Olga de Farías) y una tía, la hija de ambos, Olga Farías Guzmán, hermana menor de mi padre (fallecida en 1974), quien por esos años disfrutaba su juventud...

Por aquel entonces imaginé que este registro serviría de base para montar un video con la canción "La muerte simplifica..." (versos de Armando Uribe Arce). Estos días me dí ese trabajo y lo concluí con satisfacción, por cuanto ambos elementos, visual y musical (basado todo en los versos de nuestro poeta por cierto), se fundieron muy bien en una sola expresión.

Una vez dispuesto a publicar en internet, hubo algo extraño, y lo comparto como anécdota. No sé, tal vez no tenga nada de extraño... a lo menos ha sido sorprendente para mi: la secuencia en la película, correspondiente a mi abuela, Olga Guzmán Navarro ("de Farías" se decía por aquellos años), quien falleció en enero de 1990 a los ochenta y algo de edad, resultó ser una de las 3 opciones que me ofrecía youtube en su sistema aleatorio para la portada. Las dos alternativas restantes, correspondían a imágenes de mi persona, como verán en la captura de pantalla que expongo abajo... Por cierto que la mejor opción, entre las tres, era la de mi abuela, en todos los sentidos: por la belleza de la imagen en general, por la disposición y equilibrio de los elementos, como el color, la expresión de su rostro, congelado allí en una fracción de segundo en que nos mira, su ubicación a un extremo en el cuadro fotográfico, etc. El asunto es que desde el punto de vista del azar de este sistema, era bajísima la probabilidad de que fuera aquella la imagen (y justo en ese segundo de tiempo en que mira la cámara) sugerida como portada entre tantos cuadros más o imágenes que hay en la película antigua. Eso, definitivamente, me parece sorprendente... maravilloso más bien.

Me tiento a pensar que ella se manifestó -desde donde esté- y quiero pensar que complacida, pues, todo este trabajo con aquel registro familiar antiguo quedó muy bien, creo... y ellos, mis antepasados, con quienes viví casi todos los años de mi niñez, son parte de este registro, como de mi cariño.

La mayoría de las personas que aparecen en el video antiguo ya no están... Mi tío, Raúl Farías Espinoza, quien me confiara este registro y que actualmente vive en una localidad cordillerana cercana a Santiago, aparece en la mayor parte de las imágenes de principio de los cincuentas y de aquel en colores de 1956, tanto de adolescente como de adulto respectivamente, y sus padres y sus hermanos también, uno de los cuales es el artista visual Patricio Farías (actualmente residente entre Brasil y Barcelona), quien aparece siendo niño también.

El contexto del video en colores es la celebración de unas bodas de oro (1956). Los mayores que ahí todo el mundo abraza son los festejados.

El registro en blanco y negro, donde hasta el desgaste del acetato aporta a la belleza, son tomas en algunos lugares en Santiago (cerro Renca entre otros). Y ahí podemos ver a Patricio Farías, Raúl Farías, y sus hermanos; y en particular, en una toma familiar, donde mi tío abuelo (Raúl Farías Boza) se halla junto a su esposa Olga Espinoza, y sus hijos alrededor.

No recuerdo bien por sus nombres quienes en particular conforman las imágenes más bellas de este video, el clímax diría yo, aquellas de los niños en patines, uno de los cuales, eso sí, sé que se trata de un primo hermano de mi pare, hijo de Raúl Farías Boza, mi tío abuelo... Todos fallecidos.

Alguien, de quien no tengo antecedentes por el momento, conforma las imágenes que fueron maravillosamente aptas para el final, haciendo de personaje de terror o de vampiro... y los niños ahí son mis tíos ya mencionados (primos-hermanos de mi padre) uno de los cuales está fallecido...

Espero lo disfruten.

Nota: las imágenes en colores recientes me pertenecen: corresponden a la costa de la localidad de Cobquecura y a la entrada también de su "Iglesia de piedra"; el caballo blanco tirando la carreta, en Chillán; el avión, sobre Porto Alegre; y en la bicicleta estática, el querido artista uruguayo Ademar Berois (registro que hice en su casa), etc.

Javier Farías Aguila

Captura de pantalla que da cuenta de las "coincidencias", con la mirada de mi abuela paterna allí, con quien viví casi 13 años:






















Pues bien, a continuación el resultado final, el video que comparto con ustedes...seguramente el mejor logrado entre los que he hecho con las canciones del proyecto junto al poeta Armando Uribe Arce:

miércoles, 3 de enero de 2018

"Gracias totales"

¿Qué acaso no pueden evitar decir: "Gracias totales" (Cerati lo dijo una vez y unos cuántos lo siguen repitiendo con tanta poca o nada de originalidad); o "Vuela alto" cuando se intenta un homenaje al recién fallecido; o "fuerza" cuando se trata de alentar a alguien que expresa un mal momento?...

(A propósito de esta última palabra me acordé del dialogo de un amigo con otro:
-Amigo estoy cagao'...
-Fuerza compadre!
-Dije que estoy cagao', no que estoy cagando).

Queriendo escapar de este tipo de repeticiones, o de la falta de originalidad -y no por esto último el "pecado"- sino más bien por la carga que fue adquiriendo de una expresión superflua nomas, o simplemente repetitiva, como decía.

En otro aspecto de la "crítica lingüística-social", quisiera aprovechar este artículo para lo siguiente: ¿Por qué mierda todos buscan tatuarse? ¿Que acaso buscan una identidad en ello cuando ya casi no queda gente sin tatuajes? ¿Que acaso se busca marcar la diferencia entre los demás cuando ya casi todos tienen uno?... No, buscar la diferencia pareciera no ser el motivo, por cuanto, más bien se obtiene lo contrario, dado que no tenerlo es lo "raro" actualmente. ¿Y el piercing? ¿Que de no tenerlo estás validado?... Y más de lo mismo. Para qué sigo...  Comprendemos las automutilaciones o las perforaciones cuando de por medio hay todo un trasfondo de carácter cultural o religioso, como el de las tribus africanas, pero, en el ámbito al que aludo, mayormente no se tiene claro ni siquiera un porqué más allá de la pobre tendencia urbana y efímera, en razón o sin razón de lo baladí que la sustenta.

Cabe, finalmente, y rebatiéndome yo mismo, hacerse un último par de preguntas: ¿Sirven de algo tales cuestionamientos? ¿Acaso vale más esto de tatuarse o perforarse, en su valor equivalente al color de ropa que uno decide ponerse, que a lo posible de ser hallado como valor humano dentro de tal persona?... Y lo pregunto considerando, además, que tengo gente cercana en términos afectivos, muy cercana, que han decidido tatuarse. ¡Sí! ¡Se han tatuado también!... me estoy quedando solo. Un día, estando yo en el metro de Santiago, cantando como parte del programa "Música a un Metro", una mujer joven, muy tatuada, exhibiendo más de un piercing en su rostro, se paró delante mío cuando yo ejecutaba un tema instrumental en guitarra. Lo escuchó atentamente, y para cuando hube de terminar la ejecución, visiblemente emocionada, me dijo de forma muy elocuente: "gracias"... Y además, lo dijo así tal cual, sin agregar la palabra aquella "totales", de tal forma aniquilando todo intento de estereotipo que siquiera osara volver a asomarse por mis conclusiones...

Sin embargo, su gesto no pudo con cierto pálpito... recelo de mi parte que se vio reforzado cuando al retirarse pude ver entre sus dedos un "cañito", apagado, a medio camino de la felicidad prodigada... (era la parte restante, donde pudiera haber estado escondida quizás la palabra aquella que no dijo). Pero no se confundan, mi desconfianza nada tenía que ver con juicios derivados de su estilo, sino que radicaba en no quedarme claro si acaso el efecto de mi música en ella fue verdaderamente un complemento, o una simple consecuencia de su "felicidad".

JFA

Nota: por favor, que nadie me sugiera "volar alto" cuando yo muera, pues, seguramente, querré permanecer cerca de quienes quise...bueno, a no ser que les oiga decirme "Gracias totales"...



Cerati, tú no tienes la culpa...