miércoles, 3 de enero de 2018

"Gracias totales"

¿Qué acaso no pueden evitar decir: "Gracias totales" (Cerati lo dijo una vez y unos cuántos lo siguen repitiendo con tanta poca o nada de originalidad); o "Vuela alto" cuando se intenta un homenaje al recién fallecido; o "fuerza" cuando se trata de alentar a alguien que expresa un mal momento?...

(A propósito de esta última palabra me acordé del dialogo de un amigo con otro:
-Amigo estoy cagao'...
-Fuerza compadre!
-Dije que estoy cagao', no que estoy cagando).

Queriendo escapar de este tipo de repeticiones, o de la falta de originalidad -y no por esto último el "pecado"- sino más bien por la carga que fue adquiriendo de una expresión superflua nomas, o simplemente repetitiva, como decía.

En otro aspecto de la "crítica lingüística-social", quisiera aprovechar este artículo para lo siguiente: ¿Por qué mierda todos buscan tatuarse? ¿Que acaso buscan una identidad en ello cuando ya casi no queda gente sin tatuajes? ¿Que acaso se busca marcar la diferencia entre los demás cuando ya casi todos tienen uno?... No, buscar la diferencia pareciera no ser el motivo, por cuanto, más bien se obtiene lo contrario, dado que no tenerlo es lo "raro" actualmente. ¿Y el piercing? ¿Que de no tenerlo estás validado?... Y más de lo mismo. Para qué sigo...  Comprendemos las automutilaciones o las perforaciones cuando de por medio hay todo un trasfondo de carácter cultural o religioso, como el de las tribus africanas, pero, en el ámbito al que aludo, mayormente no se tiene claro ni siquiera un porqué más allá de la pobre tendencia urbana y efímera, en razón o sin razón de lo baladí que la sustenta.

Cabe, finalmente, y rebatiéndome yo mismo, hacerse un último par de preguntas: ¿Sirven de algo tales cuestionamientos? ¿Acaso vale más esto de tatuarse o perforarse, en su valor equivalente al color de ropa que uno decide ponerse, que a lo posible de ser hallado como valor humano dentro de tal persona?... Y lo pregunto considerando, además, que tengo gente cercana en términos afectivos, muy cercana, que han decidido tatuarse. ¡Sí! ¡Se han tatuado también!... me estoy quedando solo. Un día, estando yo en el metro de Santiago, cantando como parte del programa "Música a un Metro", una mujer joven, muy tatuada, exhibiendo más de un piercing en su rostro, se paró delante mío cuando yo ejecutaba un tema instrumental en guitarra. Lo escuchó atentamente, y para cuando hube de terminar la ejecución, visiblemente emocionada, me dijo de forma muy elocuente: "gracias"... Y además, lo dijo así tal cual, sin agregar la palabra aquella "totales", de tal forma aniquilando todo intento de estereotipo que siquiera osara volver a asomarse por mis conclusiones...

Sin embargo, su gesto no pudo con cierto pálpito... recelo de mi parte que se vio reforzado cuando al retirarse pude ver entre sus dedos un "cañito", apagado, a medio camino de la felicidad prodigada... (era la parte restante, donde pudiera haber estado escondida quizás la palabra aquella que no dijo). Pero no se confundan, mi desconfianza nada tenía que ver con juicios derivados de su estilo, sino que radicaba en no quedarme claro si acaso el efecto de mi música en ella fue verdaderamente un complemento, o una simple consecuencia de su "felicidad".

JFA

Nota: por favor, que nadie me sugiera "volar alto" cuando yo muera, pues, seguramente, querré permanecer cerca de quienes quise...bueno, a no ser que les oiga decirme "Gracias totales"...



Cerati, tú no tienes la culpa...

No hay comentarios: