viernes, 16 de mayo de 2014

Biografía de Federico García Lorca, de Ian Gibson (Impresiones literarias)

Del libro:
Vida, Pasión y Muerte de Federico García Lorca 1898-1936
Autor: Ian Gibson



Es un relato conmovedor, de literatura pragmática (carente de protagonismo por parte de su autor), mediante el cual podemos descubrir y asombrarnos -seguramente de la mejor manera que fue posible, en virtud de la rigurosa recopilación de antecedentes confrontados- con lo que fue la vida apasionada del poeta. Más de 700 páginas resultan de esta investigación tan documentada, y cuya lectura se vuelve cada vez más cautivante.  

Para tan macizo trabajo, Ian Gibson, su autor, se valió del respaldo de la familia de Federico García Lorca y su Fundación, de modo que tuvo pleno acceso a los documentos, cartas y manuscritos necesarios.

En la descripción de aquellas circunstancias políticas y sociales que propiciaron la guerra civil española, en la caída del gobierno republicano, el Frente Popular, con ese golpe de Estado tan sangriento y criminal encabezado por Franco (que sabemos además, haber sido uno de los arquetipos de Pinochet), advertimos numerosas coincidencias trágicas con lo que fue nuestra propia experiencia en Chile, y, más aún, concluimos un parangón impresionante entre lo que fueron las inquietudes, la dedicación artística (teatral y musical), pero también el desenlace fatal, de Federico García Lorca y Víctor Jara, con apenas tres años de diferencia entre la edad del uno y del otro al momento de morir; ambos torturados, ambos sentenciados al desprecio más infame hasta acabar en muerte por golpes y disparos perpetrados por verdaderas bestias, ambos asesinados sin defensa alguna, por cierto que entre tantas víctimas inocentes más. En realidad, esta coincidencia trágica no es tan así de fortuita en tales circunstancias, por cuanto sabemos que han sido los procedimientos históricos contra toda manifestación artística comprometida con las causas justas, sociales, humanas, o cualquier resistencia, en el mundo asolado por la brutalidad del fascismo. 


Nuestros poetas Lorca y Neruda se conocieron en Buenos Aires en 1933, y prosiguió la amistad cuando Neruda posteriormente residió en su llamada Casa de las Flores, en Madrid... Muy en lo particular, la breve descripción de aquellos días en el contexto de la amistad de ambos, me resultó especialmente emocionante.

En otro de los aspectos biográficos recreados con abundante información, terminamos experimentando una gran decepción con la figura de Salvador Dalí (que aquí ocupa páginas importantes en el escenario de su amistad profunda con Federico García Lorca), por los gestos posteriormente conocidos del pintor (¿licencias surrealistas?) en total condescendencia con Franco, no obstante la desgracia acaecida sobre su más célebre amigo en manos del horror comandado por el dictador.

Por último, en nuestro país, a propósito de esta lectura, refrescamos algo inconcebible con las aspiraciones democráticas en atención a los derechos humanos, aquello de que nos encontremos aún, en pleno año dos mil y algo, con Primo de Rivera y Francisco Franco como nombres para dos calles en Santiago de Chile... ¿Casi como símbolos subliminales?, no tan inocentes de ser así, en esta suerte definitiva de homenaje para ambos; aunque pocos reparen en ello cuando el nombre de las calles pasan a ser solo eso, un nombre y nada más. Pero, pudiera ser también, acaso, el símbolo del horror queriendo pasar inadvertido (uno más de aquellos símbolos), que tan solo duerme, hasta que sea "invocado"... 


JFA

Destaco:

(...) Enfrente sube una pendiente de arcilla, embellecida de altos y tupidos pinos, que se pierde más arriba entre los peñascales de la Sierra de Alfacar. Este es el barranco de Víznar, de siniestra fama, donde reposan los restos de la mayoría de las víctimas del sistema de muerte montado en La Colonia. Por toda esta pendiente se abrieron hoyos, a veces utilizando los "pozos" de unas antiguas excavaciones mineras. Cuando Gerard Brenan, el hispanista inglés, visitó el lugar en 1949, se encontró con que estaba "salpicado de hoyos de poca profundidad y montículos, sobre cada uno de los cuales se había colocado una piedra pequeña". Brenan empezó a contarlos y descubrió que había varios cientos. Dos o tres años después las autoridades franquistas plantaron los pinos, hoy altísimo, para enmascarar las tumbas. Pero no lograron del todo su propósito. Todavía hoy se puede apreciar sin dificultad la fosa más grande, que se ha convertido en sitio de peregrinaje para cientos de personas cada año.

(...) Lorca fue una de las tempranas víctimas del holocausto granadino y, contrariamente a lo que se ha dicho a menudo, no lo mataron en el barranco de Víznar. El poeta y sus tres compañeros de infortunio fueron conducidos, antes del alba, un poco más allá por el camino Alfacar. 

(...) Resulta apropiado que la Fuente Grande, cantada hace siglos por los árabes, siga manando sus lágrimas cerca del lugar donde los fascistas mataron al más excelso de los poetas granadinos.

(...) Aquel mismo día (18 de agosto de 1936) se presentó en San Antón un miembro de la "Escuadra Negra" con una nota garrapateada por Federico. Decía más o menos: "Te ruego, papá, que a este señor le entregues 1.000 pesetas como donativo para las fuerzas armadas". Es probable que el individuo había obligado a Lorca a escribir aquella petición antes de que se le sacara del Gobierno Civil (lugar donde Lorca estaba detenido), o tal vez en Víznar. Don Federico, creyendo que si pagaba podría salvar a su hijo, entregó el dinero al extorsionador. Eran probablemente las últimas palabras escritas por Federico García Lorca. Su padre llevaría el papel en la cartera hasta el día de su muerte, acaecida nueve años después en Nueva York, lejos de la España fascista que había matado a su hijo y a su yerno.

(Selección: Javier Farías Águila)


























Ian Gibson menciona su obsesión por el poeta, como la condición primordial para concretar tan exhaustivo trabajo de investigación, plasmado en esta biografía, y con los costos significativos del caso en términos personales y de tiempo.

1 comentario:

ximena ossandón R dijo...

Súper bueno, ya lo conseguí. La diferencia entre García Zlorca y Dalí es que Dalí era mariconazo y García Lorca un artista homosexual. Que bonita alusión a La Fuente Grande .