martes, 2 de agosto de 2016

Tal es la fuerza de la verdad... (El nombre de la rosa)

Extraigo, del libro de Umberto Eco:

Así era mi maestro. No solo sabía leer en el gran libro de la naturaleza, sino tambien en el modo en que los monjes leían los libros de la escritura, y pensaban a través de ellos. Dotes éstas que, como veremos, habrían de serle bastante útiles en los días que siguieron. Además, su explicación me pareció al final tan obvia que la humillación por no haberla descubierto yo mismo quedó borrada por el orgullo de compartirla ahora con él, hasta el punto de que casi me felicité por mi agudeza. Tal es la fuerza de la verdad, que, como la bondad, se difunde por sí misma. 

(pág. 29 / El nombre de la rosa)

JFA

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