domingo, 19 de marzo de 2017

"Lenguaje y poesía", ensayo de Jorge Guillén



Del libro "Lenguaje y poesía" de Jorge Guillén, destaco lo siguiente:

Jorge Guillén reflexiona brevemente acerca del "yo" en una obra, a propósito de otras cosas a las que se referirá con mayor profundidad en este ensayo, pero destaco lo siguiente: "Para evitar el yo protagonista, hablemos de nosotros, el grupo de poetas..."






Apuntes textuales:

Era natural que Miró (Gabriel Miró) escogiese la novela como la forma más propicia al servicio de sus múltiples dotes. En la novela cabe toda su ambición en escribir narraciones. El empeño fue logrado. Es tan excepcional su potencia de paisajista que parece proponer su vigor novelesco.


Poesía como arte de la poesía: forma de una encarnación. Podríamos escribir esta palabra con mayúscula: misterio de la Encarnación. El espíritu llega a ser forma encarnada misteriosamente, con algo irreductible al intelecto en estas bodas que funden idea y música.





En general, el Góngora arquitecto se alía muy bien con el Góngora poeta: construcción y creación: ¿De qué? De un "objeto". Esta idea de objeto aclara mucho la creación y construcción gongorinas. 


1 El tema: Góngora, ya lo sabemos, es un entusiasta del arte material, y el alma se le concentra en los cinco sentidos: propensión hacia cuánto ahínca una resistencia que es menester gozosamente conquistar.

2 Concepción: Ante Góngora, el objeto por excelencia es el sólido, entregado al destino con toda la tranquilidad de su quietud. El reposo de las cosas, aquietadoramente expresado, predomina sobre las transiciones de movimiento.

3 Método: Mientras tanto, es la inteligencia con los sentidos quien atiende una red de relaciones entre los objetos. Relaciones de carácter muy racional entre los objetos sensibles: ahí está el quid de la poesía gongorina.





San Juan de la Cruz quiere introducir, según el piensa con su vocabulario filosófico a las "tres potencias del alma, que son: memoria, entendimiento y voluntad", a "las cuatro pasiones del alma, que son: dolor, esperanza, gozo y temor".

La unidad se logra sin que sus elementos -vida, poesía, doctrina- se embaracen. De ahí que el segundo sentido, el alegórico, pertenezca al reino de la intención. Y la intención se reduce a un acto de voluntad "con el cual se decreta que esto debe significar aquello"...


Poema, por lo tanto, de origen místico (biografía) y de intención mística (alegoría). Extrictamente poema no místico, y sin remedio, porque la experiencia inefable y la máquina teórica permanecen extramuros.

(de San Juan):

Mi amado las montañas,
los valles solitarios nemorosos,
las ínsulas extrañas,
los ríos sonorosos,
el silvo de los aires amorosos.

¿Cómo se debe escribir el primer verso? ¿Poniendo una coma o dos puntos entre "mi amado" y "las montañas"? ¿O supliendo como diría el gramático, el verbo ser? "Mi amado es las montañas", y sin más, ¿constituiría un despropósito...herético? Peor es la solución en algunas traducciones: "Mi amado es como las montañas", interpretación que adolece de inexactitud y vulgaridad.

(Selección de Javier Farías Aguila)




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