miércoles, 29 de julio de 2015

Un después.

Tu vida fue un después al que no pudiste someter la muerte. Qué fácil es perder el sentido de la realidad, y de lo sustancial allí, para pasarnos los años en una desventura disfrazada de entusiasmo. ¡Qué pretensión la nuestra!. Dios -según lo modelamos- nos hace pensarnos él contínuamente, e inútilmente: la imagen de la omnipotencia que quisiéramos en nuestra dramática condición a merced del tiempo. Entonces, solo queda comprender a tiempo que la inteligencia es un paracaídas, los recursos, la conciencia, la medida. ¿Pero quién enseña a quién? ¿No más que la experiencia de cada cual? Desoída ésta incluso, algunos terminaron admitiendo, dos horas antes de morir, siendo ya muy tarde, que todo, todo lo han hecho mal... Sin embargo, ironía de la vida mediante, concedamos que nunca será tarde. Y de lo mal hecho no fue todo, sino parte.

Javier Farías Aguila








3 comentarios:

Más Eventos dijo...

Saludos amigo cantautor :)

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