viernes, 5 de octubre de 2012

Mi encuentro con PABLO MILANÉS...



El título de este relato, probablemente, sugiera el evento de una reunión de mutuo acuerdo con el artista cubano, pero, desde luego que no fue así...
En abril de 1998 tuve un encuentro personal con Pablo Milanés, en una instancia que yo propiciara. Específicamente, estrechamos las manos, intercambiamos algunas palabras y le entregué una copia (en cassette) de mis grabaciones amateur, más una carta de saludo y presentación que le escribí (y que además, la recuerdo muy mal escrita). Mi objetivo, fuera de la anécdota valiosa del encuentro en sí mismo, era crear una situación que de alguna manera me abriera ciertas puertas para avanzar en mis tentativas como cantautor: En mi fantasía de aquel entonces (caricaturizada aquí por cierto), suponía yo que Pablo Milanés se "deslumbraría" con mis "malas canciones" (ahora las veo así) grabadas en aquel cassette, y que en consecuencia, sería su invitado especial a grabarlas profesionalmente, con todos los gastos pagados, en sus estudios en La Habana, y que, además, sería uno de sus invitados chilenos a cantar en alguno de sus conciertos que por aquellos días nos brindaría en Chile... Nada menos esperaba yo... A la luz de lo anterior, recordar esto, para mi es muy gracioso, y debo agregar que mi propósito artístico ha estado lleno de ciertas ingenuidades parecidas... El asunto es que el objetivo nunca se cumplió, pero sí alguna de sus aristas, cual era la de provocar "una pequeña situación única" en el contexto de su visita (tanto tiempo esperada en nuestro país por demás, dado su simbolismo político). Creo que mi "audacia" fue acertada, en consideración de lo anterior (me refiero a la circunstancia especial de su visita), aunque lo más probable es que, cuando ya han pasado unos cuántos años de aquello, Milanés no lo recuerde para nada... Sin embargo, defino esto como una posible situación singular para él, pues nadie más que yo se hizo presente en esa jornada para entregarle una grabación y una carta, en el escenario construido sobre el césped del Estadio Nacional, donde se hallaba probando el sonido para su concierto que sería al día siguiente (concierto que al final fue suspendido por una imprevista lluvia otoñal). Milanés estaba allí sentado, dando algunas instrucciones a los músicos y al mismo tiempo conversando con Isabel Parra, que estaba a su lado. Conversación que yo interrumpí por cierto, para presentarme, ante ambos, y proseguir con lo ya descrito.  

Mi ingreso al estadio, cuyos accesos estaban resguardados y controlados por el servicio de seguridad contratado por la compañía productora del evento de Milanes en Chile, fue posible gracias a algunos artilugios que esgrimí. Eso me permitió ser el único que pudo estar allí, siendo ajeno al personal de la productora y al equipo del cantautor cubano. En fín... Fuera de la anécdota que les relato, la verdad es que esto no me sirvió de nada: Por más que, con letras grandes le informé mi dirección en aquella carta, Milanés nunca me la contestó. Pero, a lo mejor mi cassette viajó a Cuba... O talvez su cinta esté en proceso de desintegración en algún vertedero sanitario de nuestro Santiago, acaso Milanés hubiere olvidado llevar mi presente consigo, no obstante, que me dijo: "Lo voy a escuchar"...




Sabemos de muchas personas que, en situaciones como estas, no desperdician la oportunidad de tomarse una buena fotografía con las personalidades del caso, para jactarse talvez, para mostrarla a los nietos, (hoy, para subirla en el facebook), en fin; y yo, que frente a estas cosas sentía que era como incurrir en acciones "provincianas" y ridículas y molestosas, la verdad es que ni se me pasó por la mente llevar una cámara fotográfica para plasmar ese instante junto a Milanés, pese haber planificado tal encuentro (claro que, de haberla llevado, siendo más atrevido aún, hubiera tenido que pedirle a la mismísima Isabel Parra que nos la tomara...). Pensé lo mismo cuando fui invitado por Volodia Teitelboim, pero, hoy en día, debo decir que sí lamento no tener esos testimonios fotográficos, sobre todo aquel junto a nuestro querido Volodia, con quien tuvimos un encuentro por más de una hora, como lo describo en otro artículo publicado en este mismo blog. El prestigioso periodista y actual editor de la editorial "LOM Ediciones", Luis Alberto Mansilla, a quién tengo el honor de conocer por su cercanía con un tío mio muy apreciado, me dijo un día, respecto de las fotografías junto a las personalidades, que a ellos, en su "vanidad", lejos de molestarles, les gustaba tales peticiones de ser retratados junto a los admiradores. 
Ahora, pienso con humor, que Milanés no sólo se libró de las fotos junto a mí, sino que además de mis regalos (mi cassette y mi carta) que deben hallarse muy extraviados al fondo de quizás dónde ni él lo sepa... Mas, como internet llega donde menos lo piensa uno, a lo mejor esta referencia a su nombre, entre las millones que deben haber en el "ciberespacio", llegue a su conocimiento y pueda comunicarme, por fin, y ahora por correo electrónico, que me espera en Cuba para grabar, en sus estudios, mi próximo disco... (me olvidé agregar un Ja Ja Ja).


Javier Farías Aguila




En cuanto a mis sensibilidades por la obra de Pablo Milanés, quiero agregar que estas dos producciones suyas son mis preferidas: Las he escuchado tantas, pero tantas veces, y aún "no logran cansarme"... Me parece que son discos "perfectos" (aunque alguien por ahí me dijera que no existen los discos perfectos). Pero en realidad, sí llegan a serlo, en el contexto emocional y personal en que hemos de hacerlos nuestros, más allá de una conclusión técnica y objetiva, que por cierto aquí también debiera ser muy elogiosa. 

Los discos ORIGENES (1993) y PROPOSICIONES (1988):






















   

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