martes, 17 de junio de 2014

El engaño de que los sueños se pueden alcanzar...

A través de los nuevos futbolistas destacados, de origen humilde, y que llegan a obtener millonarios sueldos que no alcanzamos a dimensionar en cuanto a sus posibilidades (y bien por ellos, pero sólo por ellos), nos venden aquello de que "los sueños se pueden alcanzar"... Más bien de que ese sueño se puede alcanzar, lo que, por cierto, es una mentira para sustentar que dependemos de un esfuerzo absolutamente propio, bendecido y premiado por una voluntad divina acaso. Y que ese es el valor de la vida. 

Es como que nos dijeran respecto del que ha ganado la lotería, que es un ejemplo por su persistencia... Con todo esto se masifica un engaño cruel para tantos niños que sueñan y sueñan en medio de su circunstancia de pobreza material y espiritual, para despertar frustrados al comprender, al final de la historia, que detrás de cualquier esfuerzo por descomunal que sea, también hay un azar, y lo más importante, condiciones precisas y múltiples, para alcanzar cualquier meta, y que le son negadas en un sistema de absoluta mezquindad e indiferencia por el sufrimiento ajeno.

Hay, verdaderamente, un sueño que sí se puede alcanzar por parte de cualquier esfuerzo o compromiso personal, y es mucho más posible de establecer, con voluntad humana más que divina y no por simple azar, cual ha sido el de la igualdad de condiciones sociales, para comenzar a vislumbrar la meta posible de cada cual con sus respectivos talentos, antes de llegar a ser los viejos que quisieron ser lo que nunca supieron verdaderamente un imposible. 



Javier Farías Aguila



















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