sábado, 11 de abril de 2015

La sobriedad por inmensurable de Armando Uribe... (Tendré la misma suerte...)

La sobriedad por inmensurable de Armando Uribe Arce, su desazón, como habitante de este Chile, han de representar aquella porción creciente nuestra de tomarnos muy en serio lo que no puede sino tomarse como tal. Porque existe también la risa estúpida, la sonrisa condescendiente, la imagen sobredimensionada por ingenuidad, por oscurantismo... 

Podemos estar a salvo, o permitirnos en algo la dignidad, justamente con tomarnos todo el tiempo necesario antes de alegrarnos de verdad y por verdad, aún prescindiendo del mero gesto en el rostro...


JFA



Tendré la misma suerte.
(Armando Uribe Arce)


Tendré la misma suerte,       (Odio lo que Odio, Rabio como Rabio.)
muerte,
que la del insensato
-entonces,
A la hora undécima, a las once,
¿por qué he sido (tan) sensato?

Cuando me ponga ciego y baje a tientas        (Odio lo que Odio, Rabio como Rabio.)
por las rampas que llevan quizás dónde
-ya sé yo adonde llevan –al espanto
que me lleva del codo a mi destino (…)

Todo perdido, todo       (Odio lo que Odio, Rabio como Rabio.)
botado, todo roto.
He perdido hasta el modo
de andar muriendo niño.

(Tendré la misma suerte…)

Paso la vida haciendo unos dibujos       (Odio lo que Odio, Rabio como Rabio.)
con los pies con las manos
con las arrugas con los rasgos
de los rostro que dejo
y la vida ha pasado
y me ha dejado con el gusto
de no saber qué fue todo esto.

La vida es como el aromo.       (Odio lo que Odio, Rabio como Rabio.)
Su momento esplendoroso
no se sabe cuándo y cómo
se hace harapos se destroza,
se destroza y me destrozo.
Todo esto pasa en agosto,
como el aromo me agosto.

(Tendré la misma suerte…)

No leeré otros libros                 (Odio lo que Odio, Rabio como Rabio.)
ni los releeré una vez leídos.
Me hace falta morir para leer
con cuencas huecas el agua de lluvia
perpetua que rezuma el colofón.


Me llevo hablando y escribiendo           (Odio lo que Odio, Rabio como Rabio.)
de nichos criptas mausoleos tumbas
pero a decir verdad, tremendo,
¡atroz! Lo que queremos es bailar rumbas
boleros, raspas, -o estar vivo
y ser un joven- (…)

(Tendré la misma suerte…)

(…) y me llevan                                 (Odio lo que Odio, Rabio como Rabio.)
en una carretilla a mano –entonces
seis con corbata negra y cara larga
toman la caja en que me están llevando.

Lo recordado, verbi gratia               (De Muerte.)
la pesadilla, el sueño apenas
residual, al instante vacía
su contenido en el embudo
de nuestra mente, un nudo
que se deshace si es de arena.

(Tendré la misma suerte…)




























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