Camilo González: un loco anda suelto por las teclas

Este loco, que es mi amigo, es un auténtico huracán, y ¡anda suelto!; no tiene ni cordura ni contemplaciones con las teclas (ver video al final de esta publicación), a las que les exige que hablen fuerte y con verdad desde su "locura" perfeccionista, pulcra, que predominantemente se desata en torno al blues por estos días, aunque también por piezas clásicas o cuecas o lo que sea que le dicte la brújula de su pasión en sus jornadas diarias de estudios, ensayos e investigación musical.

Hay algo curioso: él no quiere o no sabe gestionar nada en favor de sí mismo en su condición de artista (y no hablo de humildad inútil), sólo se resuelve en favor de su pasión musical, investigando y ensayando para estar en paz consigo mismo antes que con el paradigma del artista en su relación con "la fama" o con el ganarse seriamente la vida en ello. 

Yo también soy un loco, pero soy "infiel", porque a veces dejo de lado la música para escribir cosas como estas o para dedicarme a gestionar mi propio trabajo musical. Es decir, me meto en otras áreas, quiero saber otras cosas, en fin... En cambio, Camilo González, que es el nombre de mi amigo, no le miente a la música, no la engaña haciendo algo ajeno a ella, aunque posiblemente su circunstancia se lo permita, y debo decir que esto es así para fortuna nuestra también, porque quienes a partir de conocerlo y escucharlo, y quererlo por cierto, queremos, justamente, un Camilo que no se salga de allí, para ver cumplido, no sólo su sueño como reza el cliché, sino más bien su cometido.

Camilo González me recuerda aquella canción de Charly que decía: "tocaba el piano como un animal"...

JFA

Camilo González y Javier Farías