jueves, 23 de agosto de 2012

Un canto tras la huella...

Pareciera que todo esto, no ha sido sino, más allá del más íntimo argumento o necesidad, "Un canto tras la huella"... Y es un asunto que nos involucra además, con aquellos eventos que fueron, algo así como el ejercicio de un rescate cultural también... Me refiero a Violeta Parra y sus continuadores, tras los cuales seguimos nosotros. No somos folcloristas en estricto rigor, pero esa fue la forma que Violeta supo para lanzar al mundo los contenidos que estamos siguiendo en nuestro propio lenguaje creativo. Y mira qué curioso: desde el rescate de nuestra identidad nacional que asumiera Violeta, ha surgido un propósito universal, o más bien, surgió lo que, desde cada particular forma o estilo en el mundo, simplemente, no ha sido sino una labor de rescate de nuestra humanidad... Y para ello nos valemos, necesariamente, de una creación honesta, profunda... Y Violeta nos enseñó que, además, debe ser una obra de gran desarrollo artìstico. Es alto el desafío de seguirla. Muy alto. Y digo "curioso", porque lo que comenzó como el rescate de nuestra identidad nacional, terminó convirtiéndose en una causa sin fronteras. De allí que Victor Jara, con toda propiedad, hiciera uso de guitarras eléctricas y sintetizadores también, sin el más mínimo complejo, sin el más mínimo desamor por nuestra más auténtica raíz cultural... Este es el canto que nos ocupa en definitiva. Hablo en plural, porque somos muchos, y los engranajes de la distribución masiva de la música popular, no trabajan para nosotros... Ni política estatal alguna ha comprendido, ni vela por esta continuidad tan valiosa con la que podríamos crecer más desde Chile para el mundo, y con el mundo, por ese mundo mejor.


Javier Farías Aguila






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