miércoles, 29 de agosto de 2012

Víctor Jara y Lucio Dalla

Desde hace algún tiempo que me asoma una comparación entre estos dos personajes; italiano el uno, chileno el otro. Y aunque desde una perspectiva muy particular, lo creo posible también a partir de algunos elementos que están a la vista, o al oído más bien...




En 1994 supe de Lucio Dalla por la persistente emisión radial, en mi país, de la canción titulada "Atento al lobo", una bella canción que además rompía de alguna manera con lo esperable del típico hit. Sin embargo, pronto tuve claro que no era lo más relevante que le pudiéramos escuchar a Dalla, y, además, siendo él un cantautor, esta no era precisamente de aquellas que le pertenecieran. Respecto de algunas de entre las que sí le pertenecían, me sorprendió saberlo tiempo después de haberlas escuchado tantas veces en otras voces. Sobre todo una, sobrecogedora por la voz de su intérprete además: "Caruso", por cuya hermosa melodía, Pavarotti desplegaba todo su virtuosismo vocal. 
Finalmente, terminé volviéndome un seguidor de la música de este boloñés. 

Once años antes, supe de manera más completa la vida y obra de nuestro Víctor Jara.



La primera comparación que visualizo, guarda relación con la voz: ambos constan de una sello vocal que se distingue por cierta particularidad, acaso voces que nos sugieren mayor edad de la que tenían. Además, y por contraste de la característica anterior, hay, en ambos, un decidido acercamiento a los sonidos y recursos instrumentales más frescos -por decirlo de alguna manera- que los esperables de acuerdo al estilo y al contexto musical de la época que les fue propia, y a partir del cual comienzan a delinearse como creadores. 

Es decir, ambos, dejan de lado todo prejuicio para incursionar entre los sonidos más nuevos. En tal sentido, Víctor Jara despliega su libertad creativa en canciones como "El derecho de vivir en paz" o "Abre la ventana", por ejemplo. Aunque también impulsado por cierta estrategia que le permitiera ampliar el destino de su mensaje contestatario, según él mismo lo explicara en alguna entrevista (ver revista La Bicicleta [1983] dedicada a Víctor Jara, nro. 3). De tal forma se produce un acercamiento y adopción de los recursos (musicales y sonoros) juveniles de la época, y que, por demás, comenzaron a constituirse como un punto de inflexión, más allá de las fronteras de la música popular incluso, hasta nuestros días, teniendo a The Beatles como sus principales exponentes, por quienes Víctor Jara también manifestó su total admiración. 



De Lucio Dalla sabemos su consideración de los elementos tecnológicos disponibles para sus producciones discográficas, como un exploración hacia los sonidos más frescos, de producción compleja y cercanos al pop, por el cual no abandonó en absoluto la calidad musical. Es decir, su trabajo siguió siendo el propio que lo ha caracterizado como uno de los más grandes compositores de canciones con "contenido". Estos recursos anexos no le han restado ni la más mínima naturalidad, y tampoco le han significado tranzar su autonomía creativa en favor de la tendencia. Como referencia de lo anterior, recomiendo escuchar el disco "
Ciao", u otro que le antecede, titulado "Canciones".

Víctor Jara, por su parte, de haber llegado al presente siglo, se hubiese apropiado de los recursos actuales de forma tan natural y estética como lo hacía Lucio Dalla. Y su voz actual, con mayor razón escuchándosele como propia de alguien de más edad (así como se escuchaba la de Lucio Dalla), sería acompañada, sin lugar a dudas, por guitarras eléctricas, sonidos electrónicos y todas esas posibilidades sonoras que otorgan los elementos actuales de grabación y producción... La conclusión es que ambos se negaban no sólo a envejecer en sus creaciones y producciones discográficas, sino que a prescindir de todo cuanto fuera útil para enriquecerlas.

Por todo lo anterior, me parecen absolutamente aproximables. Y también, este ejercicio, es algo así como un deseo frustrado de que las posibilidades que tuvo Lucio Dalla las hubiera tenido Víctor también, mediante la vida que le faltó para seguir asombrándonos con su audacia creativa.
  
De pronto, me vi confirmando que tan extraviado no estoy con esta comparación: Víctor Jara y Lucio Dalla... Víctor, Dalla... una letra más en el nombre de uno y una letra más en el apellido del otro... Pero, dejando de lado ese juego de letras intrascendente, quizás lo más notable entre todo lo que podamos decir, sea el hecho de que los dos han musicalizado a Pablo Neruda, y de manera brillante en ambos casos. Ya sabemos de la hermosa musicalización del "El poema XV" o "Aquí me quedo" por Víctor, y merece igual nivel de aprobación el poema "Mia bruta" (Mi fea, de los 100 Sonetos de amor) por Lucio Dalla, una hermosa adaptación...

También pudiéramos finalizar con otro punto de coincidencia (trascendente): Mercedes Sosa los unió mediante su voz, cantando la canción de ambos... Así como Ana Belén -ahora que recuerdo al momento de escribir este artículo- con su versión de "Vientos del pueblo", del disco "Tributo a Víctor Jara", posteriormente a su colaboración con el compositor italiano, específicamente en el disco "Henna", donde interpreta junto a éste su canción "Respóndeme".

JFA



Ciao se me volvió muy significativa. Primero, porque así como suele ocurrir con las canciones que hacemos nuestras -sólo que esta vez como experiencia personal y no colectiva- ha sido parte de mi "banda sonora". En otro aspecto, valga destacar que está muy bien producida como asimismo el disco completo al que pertenece. 
Ciao, que fue un single del disco de Dalla de igual nombre, nunca la escuché en alguna radio chilena. El disco al que pertenece (Ciao) lo descubrí sin recomendación alguna y por casualidad, en una tienda de música en la que buscaba sin saber lo que buscaba. Debe estar entre los tres discos que más escucho, hasta el día de hoy, especialmente en viajes por carretera (es un disco "carretero" y de sonido perfecto):




Estas imágenes de Víctor "en vivo" cantando en la televisión peruana la canción AQUÍ ME QUEDO (versos  de Neruda), son definitivamente sobrecogedoras: 




Y acá, la muy bien lograda Mia Bruta (Dalla / Neruda):



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