jueves, 20 de marzo de 2014

Cómo tener una gran cantidad de seguidores...

Para que una gran masa de gente de pronto se conmueva con el arte que emane de ti, debes llevar en el cuerpo muchos años de  “duras” y “blandas”, y una no despreciable acumulación de destilados y fermentados que hayan hecho lo suyo para procurarte la felicidad en el cadalso… 

Después, o antes, haberte largado de casa y haberlo abandonado todo, todo, incluso a ti mismo, para vivir-muriendo y despertar-durmiendo, deambulando de manera interminable por las calles de Santiago o cualquier otra gran ciudad, sin proyecto ni dirección alguna durante varios años; y con una esquizofrenia implacable, y neurológicamente reventado -si es posible- como consecuencia del sobreconsumo de lo que hubo para no estar en este mundo pero estando… 

Y hallarte de pronto frente a alguien que con su cámara te esté filmando, así, todo sucio y enfermo mientras te dispones a ejecutar un instrumento musical de manera virtuosa; es decir, todo esto, en completa incoherencia con lo no virtuoso de tu aspecto abandonado. Haciéndote, en razón de la sin razón de la razón, muy popular mediante aquellas imágenes grabadas, al cabo de compartidas miles y miles de veces por la gente que sabe más que nada cumplir muy bien su rol de "viralizantes" en internet, porque en su morbosidad espectadora, o en su simple curiosidad de gato aburrido (por emitir un juicio más amable e inocente), quieren imaginar que simplemente se trata de algo así como un Príncipe que perdió la cordura sin perder su estirpe… y eso es una historia muy atractiva… eso…es un espectáculo en sí mismo, y merece la pena hasta del hedor.

No puedo yo, saludable (esto en la medida de mi manoseada esperanza), recién bañado y afeitado (muchas veces a mi pesar), comiendo mi manzana tan diaria como mi trote de 30 minutos, cargando sin renunciar mi día a día con mi propio día (después de haberme bebido mi vitamina cotidiana de Brecht), y vestido con ropa limpia (muchas veces también a mi pesar), etcétera, etcétera, tratar de invocar vuestra atención, ni de filmación alguna siquiera, pues así ¿dónde está  el espectáculo? ¿dónde la gracia?... ¡Ríndete!

JFA





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