jueves, 20 de marzo de 2014

Jose Aquiles Virelles, trovador de Santiago de Cuba.


Josè Aquiles Virelles ingresó muy joven al grupo de cantautores de la Nueva Trova Cubana.
En 1974, a la edad de 17 años, viaja desde su natal Santiago de Cuba hasta La Habana para postular, con éxito, al que se convirtiera posteriormente en uno de los proyectos más influyentes de la música latinoamericana.

No obstante contar con un catálogo discográfico austero en sus más de 30 años de trayectoria activa, sigue siendo un compositor prolífico y reconocido. Es autor de canciones premiadas con estímulos importantes como el denominado "Adolfo Guzmán", entre otros...

A diferencia de la mayoría de los demás integrantes del movimiento, ha grabado solamente un disco bajo el sello EGREM, disco titulado Por tu sonrisa. Pero se debe destacar su rol importante además como productor independiente, desde donde ha contribuido al desarrollo de nuevos exponentes musicales de su provincia.

Actualmente, entiendo que se halla trabajando en una antología de su propia obra, fuera de sus continuas presentaciones en una peña, donde además es un magnifico anfitrión de otras voces y creaciones, siempre desde su -como lo ha expresado- "inabandonable Santiago"...


Javier Farias Aguila



"Creo que, como dice la canción, la trova es inmortal. Forma un eslabón indispensable en la cadena de la música cubana y eso no se va a perder nunca. Pasarán de moda los trovadores, pero hay canciones que quedan para toda la vida".

Jose Aquiles V.






Palabras para el fin de una jornada
(Jose Aquiles Virelles)

Palabras entre flores y montañas.
Palabras entre ron y calles vieja.
Palabras que precisan verdad...
Vivir, entre paredes y humedad.
Cantar para contar de qué manera
la vida se te acabe en esta edad.

Palabras buenamente intencionadas.
Palabras que no tienen referencias.
Palabras que precisan verdad...
Vivir, entre paredes y humedad.
Cantar para contar de qué manera
la vida se te acabe en esta edad.

Y luego, cuando sientas silencio
y cabalgues desnuda
queriendo llegar al cielo,
queriendo arañar al sol,
queriendo llegar hasta mis brazos.
Para darte los geranios
preferimos ignorar y amarnos tanto.
Oh canción, no te presienta su suerte.
Oh canción, este momento entristece...

Y luego convencida
por el paso de este tiempo,
te marcharás en silencio
hasta quedarte dormida
y entonces todos sabremos
que te has quedado dormida.





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