jueves, 10 de abril de 2014

ALMA CHILENA (Carlos Pezoa Véliz)

Homenaje

Desde hace ya más años de lo que dura una vida entera, no sirviendo como ejemplo lo que ha durado la propia del poeta, se ha desprendido del hambre, de las horas interminables de un insomnio más que cualquiera, de la decepción, pero también del asombro que comienza no sabemos dónde, del que sin embargo, supimos con certeza, que termina en lo que lo prolonga hasta más allá de nuestros días.

A poco de cumplirse 116 años de la muerte de su breve vida, una y otra vez, y otras tantas veces más por los ojos de los nuevos conmovidos con su poesía, fiel reflejo de su historia, perdura todo lo que encierra su Alma Chilena, como palomas allí que no se cansan de escapar, o más bien de retornar.


Javier Farías Aguila


De
ALMA CHILENA
Carlos Pezoa Véliz (1879-1908)
Obras completas 1912

Tomo algunos versos:

De:
Cansancio del camino

Yo no se la estocada sorpresiva

que hace saltar la sangre del contrario,
ni me la aprenderé mientras que viva,
porque no siento audacias de adversario.

Yo no nací para luchar. De niño

a hombre, sin pensar jamás en músculos,
debí sólo ver flores, ver cariño,
campiñas, alboradas y crepúsculos.


De:
El perro vagabundo

Es una larga historia de perezas,

días sin pan y noches sin guaridas.
Hay aglomeraciones de tristezas
en sus ojos vidriosos y sin vida.

Y otra visión al pobre no se ofrece

que la que suelen ver sus ojos zarcos:
la estrella compasiva que aparece
en la luz miserable de los charcos.


De:
Los ojos de mi amada

Sobre el mar de la tez dulces despliegan,

como velamen regio las pestañas,
y parecen balandras que navegan
hacia un país de líricas montañas.



Edad

Años tenía pocos, más tenía esperanzas
que soñaban, reían y cantaban romanzas;
hoy no tengo esperanzas, mas tengo muchos años
que lloran cosas idas, que cantan desengaños.

Y así he visto que pocas esperanzas detienen
su marcha en esta eterna marcha y que se van lejos:
se van las esperanzas cuando los años vienen...
¿Por qué? Esperanzas mozas no gustan de años viejos.


De:
Égloga

Amo el golpe del hacha en la montaña
y el canto de la esposa en la cabaña;
amo el chisporroteo de la leña
en el hogar donde el labriego sueña
con ver una explosión de espigas rubias
en pos de las tristezas y las lluvias.


De:
Contra avaricia, largueza

Dame, dame, lo que es mío...
Yo a ti mi brazo bravío
de campesino y mi hoz;

mi buen humor de muchacho,
mis inquietudes de macho,
salvaje, ardiente, feroz...


De:
El tren

Dónde van los campos grises
en monótona carrera?
Van a lejanos países
donde los espera.

A la orilla de un estero
donde hay sauces angustiados,
canta alegre el carretero
frente a sus bueyes cansados.

(...)

Los cuadros que se reemplazan
en desfile vagabundo,
todos pasan, todos pasan,
como las cosas del mundo...

Y van en hondo letargo
tras el eco que responde,
siguiendo un camino largo
sin saber a dónde, a dónde.



(Selección: Javier Farías Aguila)

Carlos Pezoa Véliz
(1879-1908)



No hay comentarios: