jueves, 10 de abril de 2014

"Quiero hacer un encuentro de vino, queso y pan amasao.......y..."

Un aviso a través de "redes sociales", de un aspirante a trovador o cantautor, y que no se tome cual emisión de juicio por mi parte (no es la idea, el juicio va por otro lado), pero  -no obstante presentarse a sí mismo, paradójicamente, como con aires de un valor artístico consumado-  digo "aspirante" por lo siguiente: el aviso, o anuncio, o posteo, en términos coloquiales como invitación a sus amigos, decía, y escrito así tal cual: 
"estoy armando un repertorio ....quiero hacer un encuentro de vino, queso y pan amasao y guitarra para los que les gustan mis canciones"

Pues bien, un profesional del oficio de cantor (como dice la canción), y que "es tan hermoso" como prosigue y hemos de experimentarlo tantas veces, no puede anteponer el vino, el queso, o lo que sea, para dejar su guitarra y sus canciones en el último lugar de la lista, porque de tal modo -y he aquí la paradoja- sugiere su propio desamor para lo que pretende que reciban después con el mayor de los cariños: Su canto, su obra. Que debe ser lo primero.


¿Ha sido "un gancho" acaso? ¿Un anzuelo? Es como decir: Vengan a comer algo muy rico que les tendré preparado... Y fraguando en silencio algo como esto: que después me los cagaré a todos los que asistan cantándoles mis cagá´ de canciones. 


Así se manifiesta, de alguna manera, la triste contingencia artística, y un poco de lo que somos en términos generales: Apocados, incrédulos de nuestro propio afán. Y yo, no puedo desplegar así invitación alguna, para enseñarles lo que me ha costado tanto amor, tanta pasión, tanto esfuerzo por darle digno valor de ser apreciado. 


Hay un sentido de lealtad que parece no importar, pero no es así, es un imperativo que la greda que ha tomado forma de tu mano, pase por allí sin atisbo alguno de lo que Carlos Pezoa Véliz describiera como "El pintor pereza":


Su mal es el mismo de los vagabundos:

fatiga, neurosis, anemia moral,
sensaciones raras, sueños errabundos
que vagan en busca de un vago ideal.

(...)



Javier Farías Aguila


¡Vengan a subir el cerro conmigo!... (Las empanadas y el vino están allá abajo)





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