miércoles, 30 de abril de 2014

El falso "rol de preocupación social" de los empresarios, como argumento contra la Reforma Tributaria.

“No somos de derecha ni de izquierda” dijo el presidente de la Asociación de Emprendedores, Juan Pablo Swett, intentando despercudirse de una posición política; y agrega lo siguiente, dejando al descubierto, por evidencia, lo que aún así quiso ocultar a toda costa como el alma de su posición:  “No somos empresarios, pero aspiramos a serlo“…  

Todo lo dice en medio de sus argumentos contra la Reforma Tributaria, estimada por él como perjudicial para su sector, especificando que con la eliminación del FUT le costará más crecer y que en vez de 6 tendrá que contratar sólo 3 personas, dado que no podrá contar con las utilidades re-invertibles, que en esa condición se liberan del pago de impuesto;  es decir, el viejo principio hipócrita y abusivo que ha servido de base institucional para crear las condiciones tributarias vigentes, instauradas por la dictadura de Pinochet, aquello de que "hay que cuidar a los empresarios porque crean puestos de trabajo"… A esta altura senil de la experiencia, no podemos sino inferir  que algunos, además, se aferran desesperados al burdo pretexto para seguir contando, ya sea para su riesgo personal como para su éxito proyectado, con la “subvención estatal” que significa no pagar el impuesto justo de justicia social, a fin de convertirse en los nuevos ricos indiferentes o seguir consolidando su condición de tal: Menos riesgo para la caja empresarial a costa del bolsillo de la inmensa mayoría de los chilenos en esta condición de violenta desigualdad social. 

Se pretende seguir eternamente, o estúpidamente hay que decir, bajo “la intachable moral”, “el buen criterio” y “la buena fe”,  inexistentes, de los grandes empresarios, para seguir determinando la suerte de todo un pueblo…  

Comprendiendo la naturaleza de todo aquel que emprende o agiganta un negocio bajo la norma inmoral cimentada en nuestro país (no es la actividad como tal lo reprochable sino la deformación legal que estimula y acoge sus vicios) ¿vamos a pretender la filantropía de los grupos que tienen un exclusivo interés económico? porque de eso todavía, aunque parezca inverosímil, pretenden persuadirnos con su discurso...  hasta la pregunta se oye muy ingenua, y añeja…  Aún así, con su antifaz y bendiciones requeridas, intentan sostener algunos -los pocos a costa de la inmensa mayoría- “su sueño” de riqueza maquiavélica, y personal antes que nada. Queriendo convencernos y hasta auto-convencerse de una mentira insostenible a la luz de los resultados, que han afectado y siguen afectando a tantas generaciones de chilenos, despreciados por la alcurnia dominante que goza de las protecciones institucionalizadas para su enriquecimiento, sin la más mínima noción de solidaridad.

Aquello de la función social "incuestionable" en sus emprendimientos ha sido la mentira más estúpida que pretenden seguir usando como lubricante para mantenerlo todo tal cual.


Javier Farías Aguila




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