jueves, 17 de abril de 2014

El debate por el 20% de la música chilena.

La ARCHI, Asociación de Radioemisoras de Chile, en relación al debate y proyecto de ley del 20% de música chilena como programación obligatoria en las radios nacionales, se opone argumentando lo siguiente: "La música chilena debe difundirse y fomentarse, no imponerse"... Sin embargo, vemos que de manera categóricamente impuesta, la entidad no está dispuesta a difundir ni mucho menos a fomentar la música chilena. A no ser que se trate de un éxito comercial...

Por otra parte, a la luz del debate, las opiniones son tan diversas como superficiales... 
Algunos como nosotros, que hacemos música, abrigamos, sin duda alguna, ese 20% en favor directo de nuestras aspiraciones personales para darnos a conocer. Pero, además, en nuestra particular visión de lo que significa un verdadero mérito para la difusión de artistas nacionales, presumiblemente seguiremos topàndonos con una vigorosa "cultura mercantil oficial chilena" (la que responde a la dinámica del mercado), vale decir que, de gestarse dicha ley, como legítimos pudieran predominar en la programación aquellos estilos con los que no nos identificamos, como Los Huasos Quincheros, una Miriam Hernandez o un Alberto Plaza, en fin, sólo por nombrar algunos artistas de tal carácter -hijos por esencia- de la industria (no estoy denostándolos)... y bueno, así y todo, ya se estará cumpliendo igual con dicha ley... A esto hay que agregar la preponderancia "eterna" de unos pocos artistas chilenos actuales, que con o sin ley, ya cuentan y contarán con mayor razón con una cobertura desproporcionada (y bajo la misma vieja premisa: Venden, y cuentan para ello con un equipo competente en generar un valor independiente del valor artístico...). He ahí que nos hemos de enfrentar con nuestra consolidada pobreza cultural como nación, cuya oferta se impondrá para seguir forjando una demanda masiva de aquellos exponentes insertos en una maquinaria mercantil. Con esto quiero decir que no nos engañemos... Nuestra economía de libre mercado determina aquí también sus pautas, con o sin el 20%... Si al grupo La Noche, o a Américo, o a Mendez, en virtud de la nueva ley, comienzan a programarlos no 5 sino 20 veces por día en tal o cual radio, en desmedro de un Eduardo Peralta o de un Freddy Torrealba o de un grupo Trifulka, se dará por cumplida igual dicha normativa. Con esto quiero decir que, como músicos nacionales, de aquellos que aspiramos a un mayor peso en los contenidos de nuestro trabajo, nos espera una circunstancia aún adversa, y que ya escapa del ámbito de "el 20%", y en la que, por más que agitemos la bandera de "la música nacional", no necesariamente habremos de vernos beneficiados. Pero, por cierto, por un asunto acaso de fortuita probabilidad que se nos amplíe en términos de difusión en el marco de esta ley, es factible que tengamos un poquito de mayor cabida en las consideraciones de la programación, que de todas formas seguirá imponiéndose en función de los dividendos, no sólo por parte de las radios, sino que también por parte de aquel gigante más seco de alma que es la televisión; ambos, instrumentos absolutos de un negocio sin límites ni responsabilidades culturales. 

Esperemos que la ley, en su complejidad, que se espera abordada rigurosamente en su elaboración final, responda de manera eficiente, por ejemplo, entre otras, a la inquietud respecto del folclor, como así también al "despilfarro" que ha significado tanto proyecto financiado por el Fondo de la Música Nacional, en vista de la indiferencia posterior por parte de los medios.

Y todo esto ¿para qué?, para contribuir tal vez en que, de una vez por todas, Chile comience a dejar de ser un simple grito de "C H I" cuando juega la selección, o cuando se pretende levantar la moral en las tragedias naturales, que son de las pocas instancias en que queremos buscarnos a nosotros mismos, sin poder hallarnos más allá de la arenga popular y emocionalmente exaltada en la ignorancia, en la breve memoria solidaria de nuestro pueblo... 
Queremos propiciar, consolidar y abrazar nuestra identidad en el desarrollo intelectual de la música chilena, mediante el apoyo sustancial de los medios de comunicación regidos por un compromiso superior del estado con la cultura de su pueblo. Para convertirnos también en una suma valiosa de la identidad cultural latinoamericana.



Javier Farías Aguila.




No hay comentarios: